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El emotivo homenaje de una misionera a los héroes de Malvinas

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Mabel Rodas es una enfermera que prestó servicio durante la guerra y atendió a los soldados en el hospital naval en la Base Puerto Belgrano. Evocó el 2 de abril tocando la marcha de las Malvinas en el arpa y el video emocionó a todos en las redes sociales.

El emotivo homenaje de una misionera a los héroes de Malvinas

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Mabel Rodas es una enfermera que prestó servicio durante la guerra y atendió a los soldados en el hospital naval en la Base Puerto Belgrano. Evocó el 2 de abril tocando la marcha de las Malvinas en el arpa y el video emocionó a todos en las redes sociales.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]En 1980 Elsa Mabel Rodas era una joven enfermera de Campo Viera que buscaba su destino en Posadas, donde se enteró de la posibilidad de ingresar a las Fuerzas Armadas y decidió no perder tiempo, porque no veía otra salida laboral en la provincia.

Dos años después ya estaba adaptada a su tarea en el hospital naval en la Base Puerto Belgrano, de Buenos Aires, cuando el 1 de abril llegó la orden de preparar los elementos necesarios porque habría movimiento de tropas en el Sur.

“El director del hospital, Federico Horgan, nos dijo que podría haber heridos y nos preparamos. Luego, el 2 de abril nos informó que entramos en guerra”, relató Mabel a MisionesCuatro.com. “El impacto fue grande porque el personal no tenía experiencia y el 25 de abril ya recibimos heridos de ametralladora, granada y amputados”, agregó la enfermera civil.

“Maduramos rápidamente. El 2 de mayo hundieron el Crucero General Belgrano y llegaron soldados quemados el 100 por ciento del cuerpo. Hicimos una sala de quemados para atenderlos”, recordó Rodas, una de las protagonistas de las crónicas del libro “Mujeres invisibles”, de la cordobesa Alicia Panero, que rescató la historia de las mujeres veteranas de la guerra de las Malvinas.

Además le tocó atender a prisioneros británicos que eran pilotos y al eyectarse se rompieron la clavícula, por lo tanto no podían alimentarse por sí mismos. “Somos enfermeros en la guerra y en la paz y atendemos al prójimo, sin raza ni color”, adujo Mabel. Luego comentó: “les dábamos de comer en la boca durante los cinco días que estuvieron, no teníamos que tener contacto verbal con ellos porque estaban en condición de prisioneros. Después fueron intercambiados por prisioneros argentinos”.

A su vez, lamentó que el trabajo de las enfermeras, los enfermeros e instrumentadores quirúrgicos civiles que prestaron servicio durante la guerra no se puso en valor. “No somos reconocidos como veteranos. Fuimos abandonados, pasamos a ser invisibles”, concluyó.

Actualmente, está jubilada y su vida transcurre entre Ushuaia y Misiones, donde realiza tareas humanitarias con las comunidades guaraníes y les enseña la marcha de Malvinas.

Este 2 de abril se reencontró con sus compañeras en la ciudad de Catamarca, donde decidieron juntarse todas las protagonistas de “Mujeres invisibles”, allí recibieron medallas y una placa por parte de la intendencia de Valle Viejo.

vb[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_media_grid element_width=”6″ gap=”35″ grid_id=”vc_gid:1491254569556-4827c575-01a0-9″ include=”98790,98791″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_facebook type=”button_count”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_tweetmeme][/vc_column][/vc_row]

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