Posadas

Yacyretá demolerá parte del “muro de la vergüenza”

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Buscan que el casco urbano de Posadas vuelva a conectarse con el Puente Internacional. Abrirán la estructura de hormigón para permitir la circulación de vehículos con un nuevo tramo asfaltado.

Yacyretá demolerá parte del “muro de la vergüenza”

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Buscan que el casco urbano de Posadas vuelva a conectarse con el Puente Internacional. Abrirán la estructura de hormigón para permitir la circulación de vehículos con un nuevo tramo asfaltado.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”106084″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]POSADAS. El denominado “muro de la vergüenza”, que separa a Posadas del centro de Frontera, tendrá a fin de año una abertura para permitir el tránsito desde la rotonda de la avenida Mitre y Costanera hasta la Estación del Tren Internacional.

“Se va a tumbar un pedazo”, confirmó el consejero de la Entidad Binacional Yacyretá, Martín Goerling, agregando que el gobierno nacional desarrollará nuevas obras para mejorar la circulación vial en la frontera.

La antiestética pared de concreto fue levantada por la EBY en el 2015 a un costo de 54 millones de pesos a valores actuales, según difundió la entidad. Mide cinco metros de alto y 1,3 kilómetros de largo, está ubicada en la ribera del río Paraná en Posadas, marcando una separación con el Centro de Frontera y formando una barrera conceptual con el vecino Paraguay.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]La primera explicación de la construcción de esta valla de hormigón fue que serviría para impedir el contrabando entre ambos países, sin embargo nunca se ofrecieron estadísticas de ese impacto y la teoría que más se afianzó fue la de un negocio de corrupción. A su vez, los especialistas en fenómenos migratorios en diversas partes del mundo expresan que las murallas empeoran los problemas que supuestamente buscan evitar.

La obra fue presentada por la gestión de Oscar Thomas como un proyecto de mejoramiento vial en torno al centro fronterizo que reúne a sedes de Aduanas, Migraciones y Gendarmería, en la cabecera del lado argentino del Puente Internacional San Roque González, que une a las ciudades de Posadas y Encarnación. Su realización causó malestar en la población de ambas orillas, al clausurar totalmente la posibilidad del acceso peatonal por la zona primaria del puente, que anteriormente se permitía.

Según se había señalado en aquel momento, este emprendimiento buscaba disminuir el contrabando al cerrar el paso de quienes diariamente cruzaban la frontera transportando mercaderías caminando o usando motolanchas, obligando a que solo se pueda acceder por una vía de automotores.

Unas 18 centrales sindicales de Argentina y Paraguay exigieron a los Estados partes del Mercosur el desmantelamiento de este muro por considerar que supone un “rotundo gesto anti-integración y atenta contra la libre circulación de las personas entre países hermanos”.

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