Nacida en este día de 1884, Serebriakova dejó una huella indeleble en la cultura de su Nación a través de sus cuadros donde solía representar la vida contemporánea y los paisajes de su tierra natal.

Durante sus primeros años de vida, se crio en una finca en la provincia de Kursk de Rusia (actual Ucrania) en un linaje lleno de artistas respetados, y a una edad temprana, se mudó con su familia a San Petersburgo. A pesar de que su familia se instaló en la gran ciudad, seguía visitando durante el verano la finca, cuyos abundantes paisajes naturales inspiraron sus primeras pinturas.

En los años posteriores, Serebriakova estudió las pinturas de los maestros venecianos en Italia y los impresionistas franceses en París, y también fue aprendiz del eminente artista ruso Osip Braz.

Inspirada por todos ellos y con un gran talento nato, la joven debutó en la exposición en 1910, donde su pintura “Autorretrato en el tocador” (1909) fue el éxito de la muestra. Desde entonces, es considerada una de sus obras más famosas.

Dos años más tarde, se unió al movimiento de arte ruso conocido como El Mundo del Arte y enfatizó el enfoque del grupo en el arte nacional y la belleza estilística en su trabajo, incluso en sus representaciones de la vida campesina.

En 1924, regresó a París, donde continuó pintando paisajes y retratos durante las décadas restantes de su carrera. Fue en 1965 que realizaron una exposición retrospectiva para honrar el trabajo de Serebriakova en Moscú y Kiev y al año siguiente en Leningrado y Novosibirsk. Dos años más tarde, la artista falleció en París.