Un nuevo hecho de violencia sacudió al deporte argentino. Si bien el término barrabrava está ligado al fútbol, el básquet también sufrió la contaminación de los grupos mafiosos ligados a las entidades recreativas.

El escolta de San Martín de Corrientes, Matías Lescano, contó que los hombres que ingresaron a la práctica de su equipo en Santiago del Estero para amenazar al plantel “tenían armas” y les dijeron que no podían “ganar”, porque de hacerlo no iban “a salir vivos“.

“Anoche llevábamos 20 minutos de entrenamiento, algo normal para reconocer un poco la cancha, y de repente entraron seis o siete locos a amenazarnos. Estuvieron un minuto y medio, tenían armas y nos dijeron que no podíamos ganar, que no íbamos a salir vivos“, relató el cordobés en una entrevista con la señal televisiva TyC Sports.

San Martín se encuentra en La Banda, Santiago del Estero, para jugar el tercer partido de la serie de su semifinal de la Conferencia Norte frente al local, Ciclista Olímpico, que se encuentra 1 a 1.

La denuncia presentada por el club intimidado dice que Ramón Núñez, utilero de la institución, fue apuntado con un arma de fuego durante el episodio violento sucedido en el estadio Vicente Rosales. “Vamos a jugar como si no hubiera pasado nada, porque esto es lo que nos gusta a nosotros y lo que amamos, pero queremos tener la seguridad de que no va a pasar nada“, solicitó Lescano.

Ciclista se pronunció a través de un comunicado en el que “rechaza todo tipo de hechos e incitaciones de violencia” y le “brinda su apoyo y colaboración a la comitiva de San Martín de Corrientes“. Además, informó que “inició una investigación interna para colaborar con la Justicia en el esclarecimiento de este hecho repudiable”.