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Boca y River palpitan la Copa pese a la Conmebol

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La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) le puso un asterisco a la presencia del equipo “millonario”.

Boca y River palpitan la Copa pese a la Conmebol

[vc_row][vc_column][vc_column_text]La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) le puso un asterisco a la presencia del equipo “millonario”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”206985″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Por Ariel Greco y Carlos Castillos (DPA)

Por más que Boca Juniors y River Plate, los clubes más populares de Argentina, ya están palpitando la inédita final de la Copa Libertadores de América, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) le puso un asterisco a la presencia del equipo “millonario”.

El suspenso del ente rector surgió como consecuencia de una presentación que hizo Gremio de Porto Alegre, equipo eliminado en las semifinales por River, que protestó que Marcelo Gallardo, el técnico del equipo argentino, violó la sanción que debía purgar.

“Boca Juniors y River Plate se enfrentarán en histórica final de Libertadores”, publicó la Conmebol en su cuenta de Twitter minutos después de que Boca asegurara su pasaje ante Palmeiras. Aunque casi dos horas después y en la madrugada sudamericana añadió otro mensaje: “(*) Sujeto a la decisión de la Unidad Disciplinaria respecto al reclamo de Gremio”.

Hoy agregó un poco más de polémica. Al momento de confirmar el cambio de día de las finales para los sábados 10 y 24 de noviembre, no mencionó a River entre los contendientes ni el estadio Monumental como escenario del segundo partido.

“La primera final de la Conmebol Libertadores 2018 será disputada el sábado 10, a las 16 hora local, en el estadio del club Boca Juniors. La segunda final se jugará el sábado 24, también desde las 16”, dijo el organismo.

Origen del problema

La situación se dio a partir de una presentación de Gremio, que protestó la violación cometida por Gallardo. Pese a que estaba suspendido, el técnico se comunicó con sus colaboradores durante el partido en Porto Alegre mediante un intercomunidor y luego bajó a los vestuarios en el entretiempo para dialogar con sus jugadores.

El conjunto brasileño argumenta que, bajo el inciso c del artículo 56, le deben dar por ganado el partido. “Cualquier incidente grave, establecido en el presente Reglamento, que haya tenido incidencia en el resultado del partido”, dice el punto en cuestión.

La sanción a Gallardo también había generado polémica, ya que fue aplicada poco antes del encuentro ante Gremio, porque el equipo había salido tarde tras la pausa del primer partido. Por el mismo motivo fue sancionado el entrenador de Boca, Guillermo Barros Schelotto, que no pudo ingresar al campo a dirigir a su equipos ante Gremio y Palmeiras, respectivamente.

Las controversias en el fútbol profesional sudamericano son decididas por la Unidad Disciplinaria de la Conmebol, que tiene un Tribunal de Disciplina, una Cámara de Apelaciones y una Comisión de Ética, integradas por delegados de todos los países miembros, menos Uruguay, cuya asociación está intervenida.

En esa Unidad Disciplinaria se resolvió, en agosto, darle a Independiente la victoria por 3-0 sobre Santos de Brasil, que había incluido al uruguayo Carlos Sánchez en el partido por octavos de la Libertadores estando el jugador suspendido.

Santos protestó porque la Conmebol no había informado de que la suspensión estaba pendiente desde un año atrás cuando Sánchez jugaba en Argentina, pero los reclamos no surtieron efecto y Santos quedó afuera en el partido de vuelta, que terminó empatado.

Aquella medida de la Conmebol también causó revuelo, pero no hubo marcha atrás, aunque sí alimentó las críticas a las demoras u omisiones, como el caso de este partido Independiente-Santos y el fallo que se divulgó nueve horas antes del juego de vuelta.

En cambio, desestimó un pedido parecido de Racing Club, que protestó la mala inclusión de River del mediocampista Bruno Zuculini. La defensa de River se basó en que había sido la propia Conmebol la que le había respondido que el futbolista estaba habilitado.

Declaraciones de Chilavert

El ex portero paraguayo José Luis Chilavert calificó de “una vergüenza” la sanciones a Gallardo y Barros Schelotto, “mientras la Conmebol mantiene el reconocimiento al presidente de la Federación Peruana, Edwin Oviedo, acusado de homicidio” en su país.

“El antro de corrupción de la Conmebol continúa, transparencia cero. El fútbol debe ser transparente. Basta de corrupción”, declaró Chilavert en las redes sociales.

Los vaivenes de la Conmebol no son de ahora. Arrancaron poco después de la asunción del paraguayo Alejandro Domínguez como presidente, en enero del 2016, cuando la institución estaba salpicada por los casos de corrupción que llevaron a la cárcel a la mayoría de los dirigentes del fútbol sudamericano.

Domínguez lanzó la consigna “Creer en grande” y prometió transparencia y ecuanimidad, pero no consigue enderezar el barco y convencer de que se emprende un camino diferente.

Ya en febrero del 2016, el uruguayo Adrián Leiza renunció a la vicepresidencia del Tribunal de Disciplina en desacuerdo con un fallo de la organización que redujo las sanciones a los clubes y a los jugadores. “Fue una decisión política que benefició a algunos”, sostuvo Leiza.

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