Independiente ganó un partido determinante para su clasificación a los octavos de final de la Copa Sudamericana y fue gracias al gol en contra de Bahía.

El golpe de suerte que tuvo el rojo sucedió a nueve minutos del final, un insólito gol en contra convertido con la mano por Anderson, tras chocar con su arquero Douglas sacó a Independiente del sufrimiento y lo dejó con más de un pie y medio en la siguiente fase de la Copa Sudamericana.

Es indiscutible que el equipo de Falcioni ha mejorado su relación con la pelota y se ve más compacto hasta incluso tienen momentos en los que logran dominar el juego pero se puede decir que esta vez el viento sopló a su favor.

Durante todo el partido “el rojo” logró dominar la pelota y adelantarse en el campo del rival, sin embargo no estuvo fino en la puntada final. Por su parte, Bahía no tuvo el foco en adueñarse del balón pero creó situaciones de peligro donde el equipo de Avellaneda se vio acorralado.

En el segundo tiempo Independiente había perdido el eje y el visitante comenzó a dominar la cancha creando así varias jugadas que podrían haber terminado en gol. Minutos antes de terminar el partido llegó el gol en contra que fue un milagro para Independiente: un centro común y silvestre, Douglas rechazó mal, le rebotó a Anderson y 1-0.

Ahora sólo necesita empatar con Guabirá de local para clasificarse pero este resultado lo deja bien encaminado para la siguiente fase de la Copa Sudamericana.