“Les había pedido a mis
compañeros que me regalaran un gran partido y cumplieron, fue una fiesta
completa”, señaló, visiblemente conmovido, el “Poroto” Cubero en rueda de
prensa, en el espacio que le dejó a su disposición el técnico Gabriel Heinze.
“Venía pensando en esto desde junio y fue el retiro soñado”,
indicó quien se iniciara en la Liga Marplatense para pasar a Vélez en 1996, año
en que debutó en primera como volante central, el 17 de noviembre.
Fue el “maestro” Óscar Tabarez, actual técnico de la
selección uruguaya, quien -cuando condujo al equipo de Liniers- lo ubicó de
marcador lateral derecho y lo “ayudó mucho” en su carrera, reconoció el jugador.
“Me voy muy feliz de haber finalizado mi carrera en este
club, donde pasé más de veinte años, es como mi casa, en Vélez tuve mi
crecimiento como futbolista”, refirió quien más veces defendió la camiseta de
la ‘V”, en 634 partidos -incluido el de la despedida de esta noche- entre
torneo locales e internacionales, convirtiendo 17 goles.
Por su profesionalismo y por la enjundia que ponía en la
cancha en cada pelota que disputaba, supo ganarse la gran estima de la
parcialidad velezana, que lo despidió con una gran ovación, como las que
merecen y reciben los ídolos de cada club.
En un momento como éste no pudo olvidarse de hacer referencia
al técnico Carlos Bianchi y al profesor Julio Santella, al aseverar que fueron
como sus “padrinos y quienes lo impulsaron a “seguir siempre adelante”.
“Espero seguir ligado al club, me retiré en el lugar que me
quería retirar y con seis títulos en la institución”, fueron los últimos
conceptos que pudo hilvanar Cubero, quien, embargado por la emoción, se quebró
hasta las lágrimas y ya no pudo continuar en su última entrevista como
futbolista ante los representantes de la prensa.
Cubero se retiró del fútbol
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