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Gallardo: “Cerramos el año con una alegría por todo lo que habíamos vivido”

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El Muñeco valoró el triunfo ante Atlético Tucumán, en la final de la Copa Argentina, por todos los problemas que sufrió River durante 2017.

Gallardo: “Cerramos el año con una alegría por todo lo que habíamos vivido”

[vc_row][vc_column][vc_column_text]El Muñeco valoró el triunfo ante Atlético Tucumán, en la final de la Copa Argentina, por todos los problemas que sufrió River durante 2017.

[/vc_column_text][vc_media_grid grid_id=”vc_gid:1512912426174-0a8fbcd8-2d37-9″ include=”148786,148787,148788″][vc_column_text]MENDOZA. El desafío de Marcelo Gallardo no era sólo levantar el trofeo de la Copa Argentina, sino también recuperar el ánimo de un plantel destrozado por la derrota en las semifinales de la Copa Libertadores, el verdadero objetivo del año. El trofeo doméstico, a esta altura de 2017, sonaba a premio consuelo. Sin embargo, el entrenador juntó a su tropa y los mentalizó en la búsqueda de un nuevo objetivo. Una nueva meta: otra estrella para el club.

En el espejo retrovisor debían quedar las sanciones por doping a dos jugadores importantes, como Martínez Quarta y Mayada. O la semifinal de la Libertadores perdida con Lanús. Incluso, el superclásico que Boca le ganó en el Monumental. River necesitaba recuperarse. Y el único bálsamo posible era otro título.

“Alivio”, es la primera palabra que dice sentir Marcelo Gallardo al borde del campo, mientras sus jugadores festejan. Y sigue: “Cerramos el año con una alegría, con alivio después de todos los que habíamos sufrido. Somos justos ganadores y pudimos darnos esta alegría”. Habla en plural, porque para él también era clave imponerse en la final. La Copa Argentina es su séptimo título en tres años como entrenador del equipo millonario: un promedio envidiable. Y la motivación del entrenador se regenera con trofeos. Es el alimento que necesita para seguir adelante, para proyectar el futuro.

“Fue duro. Había que seguir. Nos propusimos objetivos muy marcados. Jugamos dos copas. En una llegamos a las semifinales y esta la ganamos. Llegar a instancias finales no es de todos los días”, remarca el entrenador, venerado por sus hinchas con el clásico “Muñeeeco, Muñeeecooo”.

Más que en lo futbolístico -River siguió mostrando las filtraciones defensivas tan comunes en los últimos partidos-, el triunfo en la Copa Argentina repercute en el ánimo de los futbolistas millonarios, y reafirma el carácter motivacional de su entrenador. Cuando muchos daban por muerto al equipo después de la seguidilla Libertadores-superclásico, Gallardo cerró filas. Habló mucho con su plantel y los integrantes de su cuerpo técnico. Cuando alguno dudó de su continuidad (por decisión propia), Gallardo confirmó que se quedará a pelear todo con River. Despejó los rumores con una sola declaración.

En su última conferencia de prensa previa a la final con Atlético, Gallardo les dio un tirón de orejas a los periodistas. Medio en broma, medio en serio, recalcó que no le habían hecho ninguna pregunta sobre Atlético Tucumán, el rival de turno. Sabía como nadie que, más allá de las virtudes del Decano tucumano, el rival de River era River. Por su inestabilidad emocional, y por las esquirlas que pudieran haberle quedado luego de un año tormentoso.

Pero River se recuperó de las derrotas justo en el momento en que más necesitaba dar una muestra de carácter. En el partido decisivo, demostró que puede jugar como quiere su entrenador. Y cerrar la temporada cumpliendo con el ritual de festejar un título. Es la Copa Argentina, y puede que a comienzos de la campaña algunos vieran a este torneo como un premio consuelo. En función de todos los obstáculos que debieron sortear tanto el plantel como el cuerpo técnico, ahora se valora como una pequeña Copa Libertadores. Y así lo festejaron.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]

La Nación/JMM

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