La travesía comenzó horas después del empate de la Argentina
ante Uruguay en el amistoso que se jugó el lunes pasado en Israel. Mario,
residente en Alemania, tenía preparado el itinerario con destino a Perú para
ver a su querido River Plate.
En Tel Aviv hizo “un poco de tiempo” hasta que la compañía aérea habilitó el
embarque. El próximo paso marcó una escala en Berlín para un arribo posterior
en Amsterdam, la capital holandesa.
Desde Amsterdam inició el traslado directo a Lima con algo de sueño, cansancio
y mucho jet-lag.
“Salí a las cuatro de la mañana, hora europea, de Berlín, conecté dos horas de
vuelo a Amsterdam y contando la salida desde Tel Aviv hice 15 mil kilómetros”,
contó Mario a Télam con la camiseta violeta suplente de River en la mano con el
apellido de Quintero en la espalda en la soleada mañana de Lima.
“Eran las cuatro de la mañana en Lima y para mí eran las 11, acostumbrado al
horario europeo. Tenía los ojos abiertos de par en par”, expresa el argentino
que hace cinco años reside en Hamburgo, Alemania, y que compró pasaje y entrada
sin consultar a su novia.
“No quería ir a Santiago de Chile, pero cuando se dio lo de Lima no dudé en
venir. Chile no era una opción porque para eso me quedaba en Alemania”, manifiesta.
Un hincha hizo 15 mil kilómetros para ver a River y a su padre en Lima
cargando anuncio