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Una jueza de básquet denunció acoso y hostigamiento y decidió dejar de arbitrar

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Bianca Tedesco es una figura destacada a nivel nacional, con participación en el Torneo Federal y la Liga Argentina.

Una jueza de básquet denunció acoso y hostigamiento y decidió dejar de arbitrar
Foto vía @biancaatedesco

Bianca Tedesco una reconocida jueza de básquet tomó una decisión drástica: dejar de arbitrar. A través de las redes sociales contó que fue hostigada y acosada sexualmente, motivos suficientes para dar un paso al costado. En sus cuentas personales de Instagram, Facebook y Twitter comunicó su determinación.

Mientras dirigía en el Torneo Federal y la Liga Argentina de Básquet fue víctima de ataques por parte de la cúpula arbitral nacional, contó. La joven denunció penalmente el hecho y ya está en marcha una investigación.

Al principio de la publicación contó que le dolía el pecho mientras escribía lo que venía padeciendo en el lugar donde trabajaba desde hacía 13 años. “Tenía pensado un retiro cerca de mis 50 años, por lo menos. Pero para eso era condición sine qua non continuar silenciada, sometida, apagada y viviendo para otros”.

“Lamentablemente hay quienes siguen sosteniendo que, con opresión, hostigamiento y mucho daño mental es como se llevan adelante los proyectos, las ideas y los sistemas. Ya no puedo formar parte de eso, ya no concibo ser sometida en pos del beneficio de unos pocos o de unas pocas”, relató en otra parte de la publicación.

En diálogo con el portal TN contó que le costó tomar la decisión porque “tenía miedo de perder el trabajo si hablaba porque tiene que ver con el machismo”. Describió al básquet como un ambiente hostil tanto para mujeres como para hombres.

Además, lamentó que los lugares de poder lo ocupen los hombres. Con respecto al acoso sexual detalló que recibió mensajes hostigadores por ser gay. “Yo soy lesbiana hace muchos años. El acoso fue determinante para que dejara el arbitraje”.

En su doloroso relato también dijo que había llegado a naturalizar las situaciones que había vivido y pensó que para seguir dirigiendo tenía que seguir viviéndolos. Hasta que no dio más y decidió hablar.

“Hoy no me queda otra que dar un paso al costado, al menos por un tiempo. Desde donde esté, construiré siempre para que otras personas no sufran lo mismo que yo, aunque no pueda evitarlo. Al menos, si sucede, que sepan que no están solas y que el poder ejercido de manera desigual y ofensiva es opresión, es abuso y hostigamiento. Quienes me conocieron en mi labor saben que la pasión, así como el respeto y el trabajo estuvieron siempre y fueron superlativas. Tengo el corazón desgarrado, los ojos hinchados y la tranquilidad de haberlo dado todo”, concluyó en su mensaje.

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