Así se explicó desde la
Secretaría de Energía, luego de que el nuevo presidente de la estatal
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB ), José Luis Rivero,
anticipó que entre sus principales desafíos figura renegociar los contratos de
exportación de gas natural con la Argentina y Brasil.
El gas de Bolivia este año representará el 11% del gas
natural que consume Argentina, un 1% menos que el año pasado, mientras que el
84% proviene de fuentes locales, el 4% de GNL regasificado, y el 1% de
combustibles líquidos alternativos pero mucho más costosos.
“Hasta el momento Bolivia no dejó de cumplir ni un día con
las entregas comprometidas de 11 mm3/d para los meses de verano”, a pesar de
las dificultades surgidas por la crisis institucional que provocó la caída del
gobierno del presidente Evo Morales, explicaron los voceros.
La adenda firmada en febrero de este año que adapta el
contrato original de octubre de 2006 y su adenda inicial de marzo de 2010,
permitió una reducción de las compras de gas a Bolivia a raíz de la producción
creciente que el país venía registrando desde la formación de Vaca Muerta.
De esta manera, la última negociación contempla el envío de
al menos 16 mm3/d en mayo a septiembre con un pico de 18 mm3/d en julio y
agosto, los meses de más demanda, y en el resto del año 11 mm2/d, frente a los
21,3 mm3/d vigente hasta este año para todos los meses por igual.
A pesar de la adenda que estará vigente hasta febrero de 2021
y que abrirá una nueva negociación hasta completar el contrato a 2026, el
Gobierno estima que aún se contabilizan 6 mm3/d de “importaciones evitable
desde Bolivia”, por lo que en caso de una renegociación Argentina pediría
reducir más sus compras.
Asimismo, la postura Argentina estaría en condiciones de
plantear no sólo la reducción de volúmenes sino la baja de precios de manera de
converger hacia la actual coyuntura de mercado que reconoce costos menores.
Es que en la actualidad, la Argentina paga el gas boliviano a
un promedio anual de US$ 6,7 por MBTU, en tanto que reconoce a la producción
doméstica sin subsidio un precio de 3,4 por MBTU y de US$ 7 con subsidio.
Además del interés argentino en la readecuación de los
términos del contrato, Bolivia también enfrenta dificultades de producción y de
reservas por la falta de inversión en exploración, por lo que en los últimos
años tuvo dificultades para cumplir con la demanda argentina.
Al mismo tiempo, Brasil encaró desde agosto una renegociación
de contratos con Bolivia con el mismo fin de reducir los volúmenes que alcanzan
los 30 mm3/d, con un mínimo de 24 mm3/día, pero la futura adenda podría reducir
a la mitad esos volúmenes
Argentina ahorra US$ 300 millones en 2019 por menor importación de gas a Bolivia
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