BUENOS AIRES. La restitución del impuesto al valor agregado (IVA) a 13 productos de la canasta básica alimentaria (CBA), puso de relieve el peso de los impuestos al consumo, que encarecen los productos en las góndolas y provocan subas en el costo de vida.
Según un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), tras la normalización del IVA según las alícuotas que a cada rubro le corresponden, el 41,3% del precio final de los alimentos se compone de impuestos.
De acuerdo con Clarín, de un ticket de $ 3.007,50 que paga una familia por una compra típica de diez productos alimenticios, $ 1.240,89 representan el costo fiscal que hay detrás de la producción y comercialización de esos productos. Ellos surge del informe de la IARAF, a pedido del diario de tirada nacional.
En el ticket del ejercicio realizado por el IARAF el mayor peso está en los impuestos cobrados a nivel nacional, siendo el más representativo el IVA, que representa un 14,5%. Los impuestos laborales dan cuenta de un 9,9%, mientras que los subnacionales suman 7,7% por el lado de Ingresos Brutos y 1,8% de carga de la tasa municipal. Ganancias impacta con un 4,7% en el ticket, impuesto al cheque un 1,7%, y los impuestos internos (que solo inciden de manera relevante en el rubro bebidas) están en el último puesto con cerca de un 1%.
Cabe aclarar, en el análisis de la IARAF, se tomó en cuenta los valores de venta al público consensuados entre el Gobierno y las empresas en el nuevo programa de Precios Cuidados que se presentó la semana pasada. De hecho, pese a que Coca Cola, fue incluida en ese programa, por los impuestos, el valor en góndolas del producto se encarece en un 48%.
La presión fiscal podría subir este año
Por otra parte, es preciso recordar que con la reversión de la reforma tributaria y la suspensión del Consenso Fiscal acordado con las provincias durante el anterior gobierno, la presión impositiva podría elevar aún más, el componente de impuestos en los productos de la CBA. En ese contexto, según Clarín, la restitución de hasta 700 pesos por familia a través de las tarjetas alimentarias, parece un paliativo que no resuelve la cuestión de fondo.
Asimismo, no se debe olvidar que las grandes empresas cuentan con múltiples vías para evitar o postergar el pago de impuestos –a través de moratorias y otras maniobras contables- con lo que, el peso impositivo del consumo, es soportado mayormente por los compradores, que pagan la alícuota automáticamente, a través del IVA.
