Cultura y Espectáculos

“Aterciopelados tiene un lugar de respeto y credibilidad”

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Antes de su show en Buenos Aires, la cantante colombiana Andrea Echeverri revela la intimidad del regreso de una de las bandas emblema del rock latino.

“Aterciopelados tiene un lugar de respeto y credibilidad”

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Antes de su show en Buenos Aires, la cantante colombiana Andrea Echeverri revela la intimidad del regreso de una de las bandas emblema del rock latino.[/vc_column_text][vc_single_image image=”146670″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]”Hay una reactivación de Aterciopelados que estamos disfrutando mucho todos”, dice Andrea Echeverri una mañana de noviembre desde su estudio en Bogotá. Con la salida de Reluciente, rechinante y aterciopelado, el disco en vivo editado el año pasado que recorre la obra completa de la banda colombiana, Echeverri revivió su hermandad con Héctor Buitrago después de un impasse de cuatro años, en donde los dos se abocaron a sus respectivas carreras solistas. “Todo ha funcionado muy chévere, ha habido mucha celebración en torno al pasado y al repertorio que de alguna manera tú sientes que la gente recuerda y que cuando lo cantas ellos lloran, se transportan como en el túnel del tiempo a cuando eran jovencitos.”

En medio de una larga gira a modo de celebración por sus casi 27 años de historia, que los traerá nuevamente a Buenos Aires este miércoles 29 para tocar en Niceto Club, Aterciopelados ahora trabaja junto a Cachorro López en la producción de su próximo disco de estudio que saldrá el año próximo, el primero en casi diez años. “A diferencia de nuestros comienzos, el mercado está ahora súper difícil”, dice Echeverri. “Pero hay algo rico, porque todavía salen canciones, y todavía hay cosas que quieres decir.”

Hablás de una propuesta musical renovada, ¿qué podés adelantar?

Es que han pasado muchas cosas en el medio. Han estado nuestros proyectos solistas que han enriquecido mucho a cada uno. Hay muchas presiones por un lado, pero también muchas ganas. Es como que, con todo ese equipaje, mandarse a hacer cosas nuevas tiene su reto, tiene su cosa de nervios. El reto sobre todo ha sido que este nuevo disco suene a pop actual, aunque son las mismas cosas las que te siguen preocupando: el tema ecológico, lo femenino, el maltrato intrafamiliar. El disco vendrá con la energía que estamos logrando en vivo. Por ratos sientes que realmente la experiencia y los kilómetros y el lugar que has ido construyendo, se ponen a tu favor.

¿Cómo encontraste que haya evolucionado tu relación artística con Héctor después del impasse?

En este momento yo estoy disfrutando mucho ser cantante, porque en el proyecto solista tenía su parte interesante, pero también era agotador porque tenías que asumir todo, desde el diseño, las fotos, hablar con la gente que va a prensar los discos, componer las canciones; en mi caso yo me lancé a hacerlo todo. Tocaba instrumentos que no sabía tocar y era cuestión de encerrarse en el estudio por horas. Así que ahora disfruto mucho el tiempo libre. En el tiempo que me dejan mientras graban baterías, yo puedo estar con mi familia, puedo ir a clases de canto, puedo hacer mis ejercicios. Ahora estoy muy dedicada al canto y eso está rico. Estoy contenta haciendo mi parte.

¿Y cuál es el desafío que impone el estado actual de la industria musical?

El estado actual es que el reggaetón suena por todas partes, entonces es como entrar a competir con un sonido que está pegado en todas las edades y todos los lugares. Es llegar a hacer lo tuyo y tratar de que sea atractivo y que suene moderno, pero que siga teniendo todo eso que has construido. Es un reto.

Estuvieron viajando mucho gracias al disco en vivo Reluciente, rechinante y aterciopelado. A través de lo que experimentaron con este regreso, ¿cuál crees que ha sido el lugar de Aterciopelados en la música latina de estas últimas dos décadas?

Estuvimos en el lugar y el momento precisos, ¿no? Yo creo que los 90 fueron una época muy importante y que el rock latino creció mucho y que pasaron cosas muy chéveres y nosotros estuvimos por ahí. Estaba Soda Stereo, que era el referente de muchos y nosotros giramos mucho con ellos. Y luego también fuimos teloneros de Caifanes y de Héroes del Silencio, así que creo que fuimos teloneros de todos los grandes y fue un entrenamiento increíble, porque tu sales y nadie quiere oírte; tienes el peor sonido del planeta y un bombillito que te alumbra. Al tiempo, tienes la oportunidad de estar con esos personajes, de verlos de cerca, y es un aprendizaje increíble. Y luego de eso ya empezamos a vivir de la música. Llevamos 27 años viviendo de la música y hemos estado híper famosos, en el Grammy, en las portadas, luego hemos estado en un proceso más independiente en donde nadie se enteraba de lo que hacíamos. Hemos pasado por todos los matices de la industria musical, hemos estado por todas partes, entonces tenemos un lugar de respeto y credibilidad. No somos los más masivos pero creo que además fuimos los primeros en hacer muchas cosas. Por el lado de la presencia femenina, creo que también tenemos un lugar importante y diferente, personal.

Como feminista, ¿cuál es tu visión de la situación actual de la mujer en tu país y la región?

El momento musical es raro y eso refleja todo el resto. De hecho, ahora hay muchas mujeres, tanto en la música como en cualquier lugar, político, empresarial; hemos ganado muchos espacios. Pero luego hay una cosa sexualizada increíble, totalmente patriarcal, y las chicas mismas están totalmente comprometidas con eso. No hay una búsqueda de estéticas y de sensualidades femeninas, sino totalmente masculinas. A mí eso me angustia mucho. Estamos todas jugando el juego que quieren que juguemos los chicos. Y al tiempo también está el asunto del maltrato intrafamiliar, de las violaciones, de los femicidios; eso está al rojo vivo por todas partes. Entonces, ¿de qué igualdad estamos hablando?. Todavía no existe, no está, y hay que seguir luchando por ella. Mientras tanto, todas bailamos reggaetón y perreamos y en el concierto dicen “¿Dónde están las perras?” y todas están felices. Para mí es angustioso y contradictorio, no lo entiendo. Yo entendería si todas nos quitamos la ropa en pos de una libertad. Cada vez hay más liposucción y más baile del tubo y más opresión, y yo creo que eso genera más violencia porque el hombre lo que quiere es una perra, exactamente, no una mujer pensante con profundidad, con opiniones. Ese tema está caliente, súper complicado. Cuando dices que eres feminista, todo el mundo se pone nervioso, está ese sentimiento de que el feminismo es machismo al revés. Mentira: el feminismo es la defensa de la mujer porque todavía estamos oprimidas y nos violan y nos matan. Nos utilizan de carnada para vender cualquier cosa y nosotras nos estamos tragando la vaina y estamos jugando el juego. Es raro.

Hace 21 años de tu participación en la canción “La ciudad de la furia” delUnplugged de Soda. ¿Qué significó para vos ese acontecimiento?

¿21 años?¡Wow! Pues para nosotros fue súper importante, porque nosotros llevábamos tocando un par de años, de hecho ni Héctor ni yo somos músicos de academia. Él venía de una formación súper independiente, de tener un grupo de hardcore que se llamaba La Pestilencia y yo venía de estudiar arte. Empezamos a hacer música de una manera muy de garage, muy punk, con pocos acordes y de forma muy intuitiva. Entonces, de ahí a pasar a tocar con Soda Stereo fue increíble. Además, Soda fue uno de los pocos grupos que tocó aquí en Bogotá en la época en que Pablo Escobar ponía bombas. Para nosotros, Soda significa muchas cosas muy profundas. Estar ahí fue súper hermoso. Yo casi me muero, fue increíble. Todavía me siguen preguntando por esa canción, eso dejó huella. Soy buena para comunicar emociones: esa es la máxima virtud que tiene mi voz. Y, ese día, estaba emocionada hasta el derretimiento. Eso es lo que la gente siente cuando oye la canción. Fue muy bonito.

¿Qué esperás de esta segunda vuelta con Aterciopelados?

Se trata de seguir haciendo lo que haces. Cuando tienes 20 o 30 años todo sale súper fácil y sin ningún esfuerzo; es un botoncito y ya, te sale todo. Pero luego se empieza a poner más difícil, y puedes incluso tener crisis vocales. Yo tuve una como hace unos seis años y casi me muero, porque las cantantes somos voz, y cuando no te sale lo que siempre te ha salido, es desesperante. Empecé clases de canto y llevo varios años con rutinas diarias de ejercicios. Es una cosa dirigida para que la voz te dure, que no te lastimes cantando. Es un proceso duro, pero muy chévere. Ya no quiero ser la Número Uno, sino seguir viviendo de la música y seguir cantando bonito.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]

Rolling Stone / vm.

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