Esta iniciativa, con una
tirada inicial de unos 3.000 ejemplares, tiene como objetivo potenciar y
fomentar la cultura y el idioma kaqchikel, uno de los 24 que conviven en el
país, explicó el embajador de Francia en Guatemala, Jean-François Charpentier.
“El libro está dedicado a las personas que saben y aprecian
el idioma kaqchikel”, dijo el diplomático sobre la obra de Saint-Exupéry, que
llegó a Guatemala de casualidad en 1938 cuando viajaba desde Nueva York hacia
Punta Arenas, en América del sur, y tuvo un accidente.
En la presentación del libro estuvo presente la cantautora
kaqchikel Sara Curruchich, quien recordó que todavía hay mucho “racismo y
discriminación” por usar sus trajes y sus idiomas, consignó la agencia EFE.
“Cuando se camina colectivamente se llega mucho más lejos”,
agregó la artista sobre este libro, que recorrerá varias comunidades del
interior del país.
El libro, una de las obras más difundidas de la historia
universal, es la historia de un niño —El Principito—, quien en su travesía por
varios mundos enseña con sus metáforas las malas costumbres y comportamientos
que adoptan los adultos al crecer y el contraste con la sabiduría infantil.
También critica y compara la forma de interpretar situaciones
entre niños y mayores, así como el afán de estos últimos por imponer la forma “adecuada”
de analizarlas.
El aviador y escritor, que quedó herido mientras surcaba los
cielos de América para buscar su inspiración, se recuperó de sus heridas en la
ciudad colonial de Antigua y algunos estudiosos aseguran que varios elementos
de su obra están basados en Guatemala.
Los tres volcanes, uno de ellos inactivo, las rosas o el “Cerro
del oro”, una especie de sombrero que refleja a la boa cuando se ha tragado al
elefante, son claras referencias al paisaje guatemalteco y concretamente a la
ciudad colonial La Antigua, donde Saint-Exupéry se recuperó tras el accidente.
“El Principito” fue presentado en Guatemala en idioma kaqchikel
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