Cultura y Espectáculos

La obra de Saer, en la palabra de críticos y las imágenes de su vida

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Tres días dedicados a la obra del gran autor santafecino son el corolario de lo que se llamó Año Saer: una serie de eventos con los que se recuerda la figura del notable escritor que también es homenajeado en una gran exposición de pinturas de sus amigos y objetos personales.

La obra de Saer, en la palabra de críticos y las imágenes de su vida

[vc_row][vc_column][vc_single_image image=”105021″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Tres días dedicados a la obra del gran autor santafecino son el corolario de lo que se llamó Año Saer: una serie de eventos con los que se recuerda la figura del notable escritor que también es homenajeado en una gran exposición de pinturas de sus amigos y objetos personales.[/vc_column_text][vc_single_image image=”105022″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]”¿Cómo lo hizo?”. Esa es la pregunta que recorre las mesas de discusión del Coloquio Internacional Juan José Saer 2017 inaugurado el miércoles en Santa Fe y que apunta a la escritura del escritor nacido en Serodino. Quién mejor planteó el interrogante fue el escritor Martín Kohan en su ponencia “La crítica literaria”, sobre la relectura que hizo Beatriz Sarlo de la obra ficcional en su libro Zona Saer, publicado el año pasado por la editorial chilena Universidad Diego Portales. El autor de Ciencias morales señaló que la palabra más utilizada por Sarlo para definir la producción saeriana fue “perfecta”.

Las actividades del coloquio continúan hasta el viernes en la ciudad de Santa Fe y no faltaron las emociones y los recuerdos alrededor de la figura del escritor nacido en junio de 1937 y fallecido en junio de 2005. Antes de la presentación oficial del evento, el escritor Martín Prieto, curador de la exposición junto a la historiadora y crítica de arte María Teresa Constantín, se encargó de guiar a los concurrentes a la muestra “Conexión Saer”, ubicada en el Museo de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, inaugurada hace algunas semanas y que brilla en paralelo a las mesas de discusión de la obra que se llevan adelante estos días.

Según Prieto, una de las principales virtudes de la muestra es el despliegue visual de la exposición, que privilegia no solo la dimensión literaria de Saer, sino también la cuestión personal, biográfica. Basta recorrer cada uno de los tres salones para ver estas dos facetas: por un lado, lo artístico, como las pinturas de Juan Pablo Renzi o Fernando Espino; los trabajos ilustraron varias de las portadas de los libros de “Juani” (Renzi aportó sus cuadros para Glosa, La pesquisa y La grande; Espino, Palo y hueso); y por el otro, lo personal, con la exhibición de las fotos de sus afectos más cercanos, provenientes de álbumes privados.[/vc_column_text][vc_single_image image=”105024″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]La muestra “Conexión Saer” se lleva a cabo en tres salones contiguos del museo. Cuando el espectador ingresa al salón central, se encuentra sorpresivamente con la mirada de un Saer que le guiña un ojo. Ese gesto fue captado en una película que filmó en 2002 la cineasta y poeta Marilyn Contardi (dicho guiño, en realidad, estaba dirigido a su amigo Hugo Gola), cuando el escritor santafecino dialogaba con Paulo Ricci, autor del libro Zona de prólogos y ahora, Secretario de Desarrollos Culturales de la provincia, otro de los actores fundamentales para la realización de este coloquio.

En una de las paredes de los salones se puede observar la reproducción de la tapa del diario La Razón del 26 de noviembre de 1967, cuando un joven Saer es señalado como el “enfant terrible” que desencadena “la rebelión del Paraná”. Esto ocurrió cuando Saer y otros escritores locales arremetieron en el Congreso de literatura contra la obra de Silvina Bullrich, Marta Lynch y Manuel Mujica Láinez. Los rumores dicen que lo que motivó el conflicto fue la burla, por parte de los escritores porteños, al poeta Juan L. Ortiz por la vestimenta que llevaba cuando los fue a recibir al puerto.

[/vc_column_text][vc_single_image image=”105023″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]En otra de las vitrinas aparece la carta original que Saer envío a la fundación Guggenheim para obtener la prestigiosa beca. La extensión de la misma no excede las quince líneas y cuenta que tratará de escribir una novela en forma glosada. Así, podemos leer que Saer pensaba escribir Glosa “mediante procedimientos indirectos (un acontecimiento que nadie ha visto es contado no como ocurrió realmente sino como el oyente de una transmisión oral se lo representa)”.

Bajo el soporte audiovisual, una pantalla reproduce la voz de Martín Kohan y dice que a Saer la noción de “zona” le sirve para escapar de los tópicos de lo pintoresco y del costumbrismo. En otra pantalla, aparece Beatriz Sarlo para decir que ella y otros lectores le habían reprochado a Saer porque se enteraron tarde que el Gato y Elisa, dos personajes muy fuertes del universo saeriano, habían sido desaparecidos de la dictadura.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]Infobae / vm.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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