Siempre se supo la estrecha relación que tiene Natalia Oreiro con Rusia. A pesar de las grandes diferencias que hay entre el país y la cultura occidental, logró volverse toda una celebridad en el lugar. Ha llenado estadios con millones de fanáticos y no dejan de perseguirla cada vez que pisa el suelo ruso.

Es por eso que el propio presidente de aquella nación, Vladimir Putin, firmó un decreto que convertía a Natalia Oreiro como a su hijo Merlín en ciudadanos rusos. La actriz venía esperando que se finalice el proceso iniciado en el 2020, y finalmente pudo obtener el “okey” por parte del país asiático. “Rusia también es mi país”, dijo en alguna ocasión.

El idilio entre la uruguaya y Rusia se remonta a la década del 90, cuando se estrenó en las pantallas euroasiáticas la serie Muñeca Brava. Allí, la cantante realizaba un papel que terminó de enamorar por completo a las familias rusas, y desde esa época que viaja de manera constante para visitar a sus fanáticos en el otro lado del mundo.

Si bien ella todavía no se pronunció sobre la luz verde que le dio el presidente ruso, de seguro que está más que extasiada con la novedad. En una entrevista, cuando le consultaron cómo es que logró generar tanto impacto en esa población, ella respondió: “cuando llegué no podía creer que tan lejos había gente parecida a mí, tan cercana, cariñosa y amable”.

Para poder expresar el agradecimiento que tiene Natalia Oreiro para con la gente de Euroasia realizó un documental llamado “Nasha Natalia”. En español se traduce como “Nuestra Natalia” y expresa, según las palabras de la cantante, cómo es su relación con el país. “Mi vínculo con Rusia tiene que ver con eso, con la infancia, los sueños y la lucha de las mujeres”, expresó.