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Pil Trafa adelanta el tercer disco de Pilsen

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La banda de punk rock Pilsen, comandada por Pil Trafa, histórica voz de Los Violadores, adelantará mañana algunas canciones de su tercer álbum de estudio “Carne, tierras y sangre” que saldrá antes de fin de año y que para el líder de la formación “tiene todas las cualidades para que no pase desapercibido entre el clima álgido de elecciones”.

Pil Trafa adelanta el tercer disco de Pilsen

Uno de los adelantos del próximo trabajo de la banda, que se configura con Tucán Barauskas en guitarra y coros, Tomás Loiseau en bajo y coros y Tulio Pozzio en batería -misma formación que grabó “Último hombre” bajo Pil y Los Violadores de la Ley, en 2015-, es “Un punto dentro de otro”.

“Es un tema country y rockero. Una historia borgeana. El punto dentro del otro, una reminiscencia vaga y a años luz de ‘El Aleph’. Es una crítica a la sociedad, no hay encuentro entre las personas, no nos pasamos información cara a cara. Y lo planteamos desde un sonido muy diferente al de Pilsen”, contó a Télam Enrique Chalar, popularmente conocido como Pil Trafa.

El músico que desde fines de los 90 vive en Lima (Perú) encabezará el sábado a las 20 un recital en El Emergente (Acuña de Figueroa 1030, Ciudad de Buenos Aires) sumando a dos invitados sorpresa que forman parte de la vida de Pil Trafa y con la Atípica Orquesta Sin Rumbo como banda de apertura.

En términos sociales y políticos, ¿notás alguna diferencia entre la sociedad argentina y la peruana?

Pil: Casi no compongo sobre mis vivencias en Perú, me inspiro más en lo telúrico que en lo social porque todos los países estamos en la misma situación, salvo dos islas: Venezuela, que es casi una crisis humanitaria y un problema muy serio porque no es por el bien del país que se vaya Maduro sino por el bien de las petroleras, y Bolivia, con todo lo que logró Evo Morales. Pero lo que cambió el concepto fueron los tanques de pensamiento, que van modificando todo. En los 90 fue el neoliberalismo, en el 2000 Irak y unas corrientes de centro izquierda en América Latina necesarias para frenar corporaciones que intentan ser más grandes que las naciones…

¿“Carne, tierras y sangre” trata sobre eso?

P: El disco es un compendio de historia argentina desde los virreyes hasta (la organización nacionalista) el GOU, la dictadura, la generación dorada para ellos pero no para los trabajadores. Es un trabajo que está bien en esta puja electoral. Recorre el concepto de la comunicación y el triunfo del panóptico; es una crítica a las comunicaciones instantáneas y a la pérdida de confraternidad entre las personas. No me gusta este mundo, pero es un proceso que está sucediendo y del que no quiero ser solo espectador, quiero dar mi opinión e intentar cambiarlo. Las canciones son dispares, con disonancias, y aunque caigo en la etapa de los dos tonos, trato de escapar.

Es la contracultura…

P: Uno siempre fue contracultura, porque la que tenemos con Tinelli y la pachanguita es la que te vuelve idiota. Yo compongo para Pilsen pero soy la misma persona que en Los Violadores. Puedo entender nuestra cumbia desde lo social pero no a nivel artístico, es el mensaje de pobres contra pobres hasta deformado, pero es parte de la situación que se generó y si salió a robar es porque estuvo desprotegido.

¿Es más fácil crear en este contexto?

P: Este álbum se hizo en tres años, pero si quisiera componer letras menos pretenciosas puedo hacerlo a diario porque es fácil rimar. Me gusta ser exhaustivo, contar historias y encontrar situaciones. Esa exigencia hace que el proceso creativo sea más largo, pero como tampoco estoy atado a las discográficos que ponen plazos, tengo libertad para trabajar con tranquilidad.

¿Cómo ves al rock argentino?

P: Quizá con los años vamos perdiendo el idealismo. Hay otro concepto musical que es interesante, pero lo exceden festivales grandes en los que la música es un juego, un producto empaquetado al vacío al que no le veo personalidad porque el marketing intervino.

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