Cultura y Espectáculos

El primer ‘boom’ literario del #MeToo

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Hasta el 11 de diciembre, nadie sabía quién era Kristen Roupenian. Su primera colección de cuentos se ha vendido por más de un millón de dólares.

El primer ‘boom’ literario del #MeToo

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Hasta el 11 de diciembre, nadie sabía quién era Kristen Roupenian. Su primera colección de cuentos se ha vendido por más de un millón de dólares.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”155010″ img_size=”full” alignment=”center” title=”Foto El Mundo.”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]A veces pasa. Tú sólo quieres ser escritor, escribes una novela, o, ni siquiera, escribes un relato, y ese relato, o esa novela, te hace famoso. Tremendamente famoso. Famoso y millonario. Y luego puede que pierdas el mundo de vista, como lo perdió Bret Easton Ellis, como lo han perdido otros muchos -no necesariamente escritores: pensemos en lo que le hizo el alud de fama que se le vino encima a la malograda Dolores O’Riordan en 1994, cuando tan sólo tenía 23 años -, y ya no vuelves a recuperarlo. O sí. Quién sabe.

En cualquier caso, no ocurre a menudo que un relato, un relato de The New Yorker se comparta más de 100.000 veces en cuatro días, ni que se convierta en el contenido más visto de la revista en esos mismos cuatro días y en comparación con el resto de cosas que se han subido ese año, y es un año entero, porque estamos hablando de un relato que se publicó el 11 de diciembre.

De ahí que lancemos, desde aquí, un pequeño warning a su autora, la desconocida, pero ya millonaria y puede que hasta billonaria, Kristen Roupernian: cuidado con lo que deseabas, porque ya lo has conseguido. Sí, un contrato millonario por su primer libro de cuentos y un puñado de contratos más por su traducción a otras lenguas, entre las que se cuenta el castellano. Anagrama es la editorial afortunada. Si todo va bien, podremos leer a Roupernian este mismo año.

Y la cosa no se ha quedado ahí. Hay países del mundo que han comprado su primera novela. Primera novela que aún no ha escrito. Lo más probable es que ni siquiera sepa de qué va. Bienvenida al abismo, Roupernian.

EL CUENTO

Pero volvamos al principio y veamos qué pasó con el relato en cuestión. El relato se titula Cat Person y tiene poco más de 7.000 palabras, 7.000 palabras que han cambiado la vida a Kirsten. Kirsten tiene 36 años y, según contó ella misma, escribió el primer borrador de Cat Person en un arranque «febril» de creatividad después de sufrir una experiencia (sexual) tan desastrosa como la que sufre la protagonista.

Porque en Cat Person nos encontramos con Margot, una veinteañera que, después de flirtear vía chat con Robert, un tipo de 34 años, queda con él y se acuestan, y lo que empieza con un beso horrible («Margot no podía entender que un tipo de su edad pudiera besar tan mal», escribe) y acaba con un polvo aún más horrible (al tal Robert el aparato no le funciona pero él insiste en que sí y en que aquélla está siendo la experiencia de su vida, y que, de paso, también lo será de la de la propia Margot), termina en no volviendo a quedar, por supuesto, algo que el protagonista masculino no se toma del todo bien.

El cierre del relato enumera los mensajes que ella va recibiendo, y termina con la palabra «puta». Evidentemente, el relato habla de lo que llevó a casi todo el mundo a vestir de negro en entrega de los Globos de Oro: el abuso de poder, y su relación con el sexo, y aquello que esperan hombres y mujeres de la clase de cita que tienen Margot y Robert.

Las redes, ni que decir tiene, se incendiaron, pero también lo hicieron las agencias literarias, y, por supuesto, los correos subasta que se intercambiaron editores de todas partes, deseosos de conseguir los derechos de lo que fuese que tuviese entre manos aquella desconocida autora con la que parecía haber conectado medio mundo (el relato sigue siendo el contenido más visitado de The New Yorker, un mes y una semana después de su publicación). El libro primero se vendió a una editorial en el Reino Unido (Jonathan Cape) por una suma de cinco cifras (748.000 libras) y entró en subasta en Estados Unidos, subasta en la que participaron 11 sellos, y en la que se superó el millón de dólares.

SABES LO QUE QUIERES

El título de la colección de cuentos es: You Know You Want This (algo así como Sabes que lo quieres), y lo que contiene, además de Cat Person, según su editor en Jonathan Cape, Michal Shavit, no son únicamente historias sobre relaciones, sino que hay otras cosas, «oscuras, divertidas, irreverentes, intentan romper moldes y no se parecen en nada unas a otras».Shavit no cree que Kirsten esté aprovechando el movimiento #metoo, «ella escribe con total honestidad sobre lo que significa ser humano y ha sabido conectar con la gente».

Algo parecido ocurrió con Las chicas, de Emma Cline, hace un par de años. Sobre el relato, Roupenian ha dicho que habla de las citas, claro, y del abuso de poder, y de cómo «gran parte de las citas se convierten en un cruce entre empatía y narcisismo: uno teje una narrativa completa a partir de una pequeña cantidad de información sobre el otro y luego, una vez ha creado un relato convincente sobre ese alguien, se enamora de lo que ha creado». Y a veces nada encaja. Y todo acaba siendo, como indica el propio título, «lo contrario de lo que esperabas». Lo que en inglés podría llamarse «a cat person».

Fuente: El Mundo.es.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_tweetmeme][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_facebook type=”button_count”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]vb[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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