Una de las claves fundamentales es tener en cuenta dos factores: la profundidad y densidad de siembra. La profundidad de siembra se calcula a partir de las dimensiones de la semilla y es de dos a tres veces su tamaño.
La densidad de siembra apunta a la cantidad de semillas que se ubican en una superficie productiva según su extensión. Es decir, que si se colocan muchas semillas en un espacio reducido, las plantas no podrán desarrollarse.
Mantener la huerta en la temporada primavera-verano: Aumentar el riego
En septiembre se necesita regar más frecuentemente. Por lo que se debe hacer por goteo o con regaderas directamente sobre la tierra, evitando mojar la planta. Usar siempre cobertura para mantener la humedad.
Asociar los cultivos
Cooperación en el crecimiento cuando unas plantas hacen de soporte de otras. Cooperación entre las que requieren sol y las de sombra.
Incluir plantas aromáticas para mezclar los aromos y confundir a predadores. Es de vital importancia las flores en la huerta. Son muy beneficiosas, algunas aportan nitrógeno a la tierra, otras ayudan a combatir plagas y otras atraen insectos beneficiosos y polinizadores.