
Lo bueno es que existe un método rápido y sin tanto alboroto. Sólo tienes que colocar el racimo de uvas en agua hirviendo; pero asegúrate que no pase del minuto. Así lograrás quitarles la cáscara de volada y te sobrará tiempo para otras actividades que tengas.
Fuente Cocina Fácil
Seguí leyendo