Los suspiros de monja también son conocidos como bolas de fraile o berlinesas, pero el nombre no importa mucho si el resultado es igual de delicioso.

Se trata de un clásico de panadería que pocas veces hacemos en casa, pero el resultado vale la pena.

A continuación, te ofrecemos una receta con ingredientes sencillos -como harina, azúcar y huevos-, y fácil de hacer. Además se pueden rellenar con dulce de leche o crema pastelera.

Un clásico para acompañar una ronda de mates.

¡Agarrá lápiz y papel y tomá nota!

Ingredientes

500 g de harina común

400 g de azúcar

500 ml de agua

La cáscara de un limón

Una pizca de canela

200 g de manteca

5 huevos

Aceite de oliva virgen para freír

80 g de azúcar glas

Preparación

En primer lugar tamizamos la  harina con ayuda de un colador, este paso es fácil y luego la repostería queda mejor.

Ponemos a fuego lento una olla antiadherente. Añadimos el agua, la pizca de canela, la manteca y la corteza de limón sin la parte blanca (que es amarga).

Cuando el agua hierva retiramos la piel del limón y agregamos poco a poco la harina. Remover con frecuencia hasta lograr que se vayan mezclando los ingredientes. El tiempo aproximado unos 12 o 15 minutos, o hasta que la mezcla se vaya despegado del fondo de la olla con facilidad.

A continuación la retiramos del fuego, la colocamos en otro recipiente cubierto con papel film o un paño  y dejamos que pierda temperatura unos 25  minutos.

Batimos los huevos y cuando la masa no esté caliente los añadimos.

Una vez mezclados, añadimos un poco de aceite sobre una superficie plana y extendemos la masa y hacemos bolitas pequeñas.

Preparamos una sartén con abundante aceite de oliva y freímos los suspiros de monja de forma similar a los buñuelos hasta que queden dorados. Colocar sobre un papel absorbente. A la hora de servir espolvorear con azúcar.

También puedes hacerles un corte en el centro y rellenarlas con dulce de leche o crema pastelera.