En el mercado de productores locales de Tiburtina, en la periferia de la ciudad, los clientes pueden hacer sus compras, pero también dejar pagada una bolsa que más tarde se repartirá a los más necesitados en esta crisis.
“Hacemos una recogida de productos y después los repartimos a las ONG, para que los distribuyan a las personas necesitadas”, explica a la agencia Efe Renato, de Campagna Amica, fundación de la patronal agrícola italiana Coldiretti que puso en marcha el proyecto.
Además de la “compra pendiente” en los mercados, los agricultores y ganaderos realizan reparto a domicilio de forma gratuita, para aquellos que tienen dificultades para desplazarse, como los ancianos o los enfermos con coronavirus.
En el mercado, que reabrió por primera vez el 3 de abril, desde que Italia decretó el confinamiento de la población, decenas de personas hacen cola para poder adquirir los productos de los agricultores locales y también dejar pagado un paquete para luego ser donado.
La iniciativa del mercado permitirá abastecer a 1.500 familias, según la organización, que llegó a un acuerdo con la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, y con asociaciones benéficas como Cáritas o la Comunidad de Sant’Egidio para repartir los paquetes.