Un efecto directo de la llegada de las plataformas de música y de la extensión del uso de celulares fue el aumento del uso de los auriculares. Ya sea en la calle, en el transporte público, en una oficina o incluso dentro de su propio hogar, millones de personas recurren a este simple pero efectivo producto que permite escuchar algo sin que las personas de alrededor lo hagan.

Sin embargo, hay algo que les ha sucedido probablemente a todas las personas que tienen auriculares, y es el hecho de que se enredan sin aparente razón. Muchas veces, después de utilizarlos, alguien los guarda de manera prolija dentro de un cajón, solo para encontrarlos con otra forma al volver a buscarlos.

Los largos minutos que se pasan tratando de desenredarlos hacen que muchas personas se pregunten por qué sucede este fenómeno. ¿Hay algo que estemos haciendo mal? ¿Es algún tipo de “maldición”? ¿O existe un motivo?

Hace algunos años unos investigadores del Departamento de Física de la Universidad de California en San Diego se propusieron resolver este misterio y la conclusión a la que llegaron es que, no importa lo que hagamos, los cables siempre se terminarán enredando, o al menos se contraerán.

Para realizar el experimento metieron cables de distintos tamaños dentro de una caja, que fue sacudida a distintas velocidades. Luego de hacerlo en un total de 3415 combinaciones, descubrieron que la variable que importa no es la fuerza a la que son sometidos, sino la longitud que tienen.

Según explicaron, este fenómeno ocurre con todo tipo de cable que tenga una extensión de entre 46 centímetros y 1,5 metros de longitud, ya que, dadas estas medidas, aumenta hasta un 50% la probabilidad de que se formen nudos ya que tienden a ondularse por una simple razón física.