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De modo similar a los humanos, los cuervos comparten sus frustraciones

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Un equipo de investigadores conductistas y neurocientíficos de la Universidad de Viena ha demostrado que, de modo similar a los humanos y otros mamíferos, los cuervos son capaces de detectar e internalizar los estados emocionales de otros individuos de su clan, un fenómeno conocido como contagio emocional.

De modo similar a los humanos, los cuervos comparten sus frustraciones

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Un equipo de investigadores conductistas y neurocientíficos de la Universidad de Viena ha demostrado que, de modo similar a los humanos y otros mamíferos, los cuervos son capaces de detectar e internalizar los estados emocionales de otros individuos de su clan, un fenómeno conocido como contagio emocional.[/vc_column_text][vc_single_image image=”241263″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]El hallazgo apunta a la tentadora posibilidad de que los humanos no estén solos en su interconexión, y podría proporcionar una evidencia temprana de algo parecido a la empatía en las aves.

Comprender estados emocionales

El contagio emocional es una forma importante de transmitir información entre individuos, y se considera un elemento fundamental de la empatía –la capacidad de comprender y compartir las emociones de los demás –.

Está claro que el contagio emocional es un elemento fijo de la experiencia humana, pero también se ha demostrado en otras especies, incluidas ratas y cerdos, que se consideran criaturas inteligentes y sociales.

Aunque en los cuervos estas cualidades están presentes, hasta el momento nadie ha investigado si estas aves de plumas negras podían reflejar los sentimientos de sus amigos.[/vc_column_text][vc_single_image image=”241265″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Con esto en mente, los autores del estudio examinaron las respuestas conductuales de un grupo de ocho cuervos criados en la Estación de Investigación Haidlhof en Austria.

Inicialmente, se clasificó el grupo de aves en parejas. Luego, un miembro de cada dúo de cuervos, denominado “el espectador”, se colocó frente a una caja cerrada y desconocida, lo que es una situación ambigua diseñada para sondear el estado emocional de referencia del ave.

De este modo, un cuervo optimista podría jugar con entusiasmo con el contenedor, esperando una recompensa, pero un ave pesimista lo consideraría con escepticismo. Al comienzo del experimento, los cuervos curiosamente picotearon la caja después de solo una momentánea vacilación.

Posteriormente, cada cuervo espectador observaba que su compañero, “el manifestante”, era manipulado emocionalmente por un científico. A estos cuervos se les mostraron dos alimentos diferentes de diferente atractivo: deliciosos bocados de comida seca para perros y un poco atractivo trozo de zanahoria cruda.

Observando a su compañero

[/vc_column_text][vc_single_image image=”241269″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Luego, un investigador se llevó un alimento y manipuló el restante como si el ave estuviera a punto de ser alimentada. Los que se entusiasmaron por la recompensa mostraron exaltación, mientras que los que observaron el poco atractivo vegetal rápidamente perdieron interés. Aunque los cuervos espectadores no podían ver los alimentos por sí mismos, permanecían al tanto de las reacciones de sus amigos.

Inmediatamente después de ver esta prueba, a cada cuervo observador le fue presentada una vez más una caja misteriosa. Los investigadores evidenciaron que los cuervos que habían sido testigos de la desilusión de su compañero esperaron mucho más tiempo para mostrar interés por la caja, como si ya se hubieran resignado a la decepción.

Estos resultados muestran que los cuervos comunes pueden contagiarse entre sí con emociones negativas, más no se puede decir lo mismo de las emociones positivas, de las que no se observó evidencia de transmisión.

Quizás, explican los investigadores, esto se deba al hecho de que las reacciones negativas son más fáciles de provocar u observar, o al hecho de que las emociones negativas pueden reportar el peligro en el ambiente.

En todo caso, la comprensión de que la transmisión emotiva también aparece en los cuervos aporta nueva información sobre cuándo se desarrollaron los precursores de la empatía en el curso de la evolución.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]


Tekcrispy

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