Varias personas pensaron que se trataba de una medida para motivar el distanciamiento social, pero la realidad es que Philippe Labourel, el dueño de una librería, coloca a los ‘nounours’ (osos de peluche en francés) en distintos lugares del barrio desde hace casi un año.
Estos osos gigantes sí aparecieron en París, pero no para la distancia social
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