Los huevos de chocolate son un clásico en los festejos de Pascua. Pueden venir en todos los colores, decorados con las imagenes que más les gusten a chicos y grandes, y son una gran forma de mostrar cariño a los seres queridos durante las reuniones del Domingo de Resurreción. Pero, ¿cómo nace esta costumbre?
Regalar huevos es una tradición de muchos años en Europa. Antes no estaban relacionadas a las celebraciones religiosas, pero con el tiempo, debido a sus orígenes, los católicos le dieron un especial significado en la época de Pascuas. Así, pasó a ser un elemento imprescindible de la Semana Santa.
Hay tres claves para entender la tradición de los huevos de Pascua: la importancia del paso del invierno a la primavera en los países europeos del hemisferio norte, la resurrección de Jesús, y la prohibición de comer carne durante los cuarenta días de Cuaresma en la religión cristiana.
Los orígenes de regalar huevos
Se cree que el origen de la tradición de comer huevos al finalizar el invierno en el hemisferio norte data de la Edad de Hielo: al finalizar la época de mayor frío, y cuando apenas quedaban provisiones, al comenzar la primavera volvían las aves desde el sur y ponían huevos, de los que los humanos se podían alimentar hasta que pudieran volver a cazar con la llegada de mejores temperaturas.
Mucho tiempo después, ya en la edad media, los huevos eran considerados carne, por lo que no se podían comer durante la Cuaresma de los católicos. Sin embargo, las gallinas seguían poniendo sus huevos durante ese lapso de cuarenta días. Por eso, los huevos se conservaban cocidos o recubiertos con una fina capa de cera, y se consumían al terminar la Cuaresma, en el día de Pascua. La finalización del duro invierno era una fiesta en sí misma, por lo que se solían regalar los huevos conservados, muchas veces decorados.
El significado de los huevos de Pascua
Regalar huevos al inicio de la primavera en Europa ya era algo común, pero los católicos le dieron una vuelta de tuerca para añadir el significado religioso. En el hemisferio norte se considera que el huevo representa la “vida nueva”, debido al comienzo de la primavera por estas fechas, y el haber sobrevido el invierno, sumado al vínculo que tiene con la fertilidad. En países del hemisferio sur, donde es otoño, este significado pierde un poco su sentido.
Los huevos representan una “vida nueva”, al igual que la palabra Pascua, por lo que los católicos lo vincularon a la resurrección de Jesús al tercer día de su muerte. Según los relatos de La Biblia, Jesús murió crucificado en Viernes Santo y volvió a la vida en el Domingo de Resurrección. Por eso, el domingo de Pascuas se regalan huevos.
Europa, al llevar su cultura al continente americano con la colonización, inculcó también estas tradiciones que, aunque no coincidan del todo con el clima en el hemisferio sur, quedaron muy arraigadas, como también puede serlo el abrigado Papá Noel de Navidad que, en el caso de Argentina, cae en pleno verano.
Cuándo se comenzaron a hacer huevos de chocolate
Tradicionalmente, en Pascua se regalaban huevos reales decorados. Los huevos de chocolate son una innovación relativamente reciente. Comenzó a principios del siglo XIX en Francia y Alemania principalmente, y se trataba de huevos macizos, ya que la técnica para hacer los huevos huecos no estaba desarrollada. Cada huevo era decorado con más chocolate o con flores de azúcar.
La innovación tecnológica de los siglos XIX y XX perfeccionó la chocolatería y la repostería en general, y permitió que los huevos de pascua se puedan hacer de forma masiva y se vuelvan populares en todo el mundo.
Aún así, en muchos países todavía se usan huevos reales para celebrar las Pascuas. En Estados Unidos es común decorarlos, esconderlos y organizar “búsquedas del tesoro” para los más chicos.