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Quedan menos de 250 yaguaretés en Argentina

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Las amenazas que afectan al yaguareté son la deforestación y la pérdida de hábitat, la cacería y el atropellamiento de yaguaretés y otros animales. En la selva misionera aún se conserva una población de alrededor de 90 individuos.

Quedan menos de 250 yaguaretés en Argentina

El 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Yaguareté, una fecha que busca celebrar y concientizar sobre la conservación de la especie. Es un motivo para poner en valor el importante rol que posee para el ambiente, el bienestar y la salud de los ecosistemas, y de las personas en las áreas donde habita.
 

El partido contra la extinción


Ahora que estamos todas las personas pendientes del mundial, tenemos que entender que el yaguareté se está jugando un partido clave y decisivo, el de la extinción”, indicó Manuel Jaramillo, director general de la Fundación Vida Silvestre Argentina. Las amenazas que afectan al yaguareté son la deforestación y la pérdida de hábitat, la cacería y el atropellamiento de yaguaretés y otros animales. Actualmente en la Argentina, el hábitat del tigre criollo se redujo a las yungas (Salta y Jujuy), Misiones, la región del Chaco (Chaco, Formosa y Santiago del Estero) y Corrientes, donde fue re introducido.       
 
Sin embargo, aún hay esperanzas de revertir la situación. En la selva misionera aún se conserva una población de alrededor de 90 individuos, en la región del Chaco se estima en 20 yaguaretés, al menos 120 en las yungas, mientras la especie ha sido re introducida con éxito en Corrientes.  Es necesario que organizaciones, instituciones, el sector académico, gobiernos y la sociedad se sumen para revertir el resultado.

Acerca del yaguareté

Originalmente, el yaguareté habitaba desde el norte de la Patagonia argentina hasta el sur de Estados Unidos. Debido a su amplia distribución geográfica, la misma especie es llamada de diversas formas según la cultura y región en que habitaba: yaguareté, el pintado, onça pintada, nahuel, tigre americano, jaguar, balam, entre otros. Sin embargo, su hábitat y por ende su población, se están reduciendo: En la Argentina quedan menos de 250 yaguaretés, habiéndose extinto en Uruguay y El Salvador.
 
Es el felino más grande de la región y el tercero a nivel mundial, después del tigre de bengala y el león. Es considerado una especie “indicadora” de la salud del ambiente, porque cumple una función importante en el mantenimiento de sistemas naturales que proveen de servicios ecosistémicos vitales para el bienestar de la naturaleza y las personas. Por ello, su conservación y la de su hábitat protegen indirectamente a otras especies de flora y fauna, y asegura una naturaleza sana para las personas.
 
Además, es un predador tope, es decir, que se encuentra en la cima de la pirámide alimenticia. Esta condición, sumado a que requiere grandes extensiones de territorio para vivir, hace que sea una especie muy sensible a las alteraciones del ecosistema, e incluso llega a ser el primero en desaparecer cuando el hábitat se deteriora. Debido a ello, y la importancia que cumple para el ambiente y las personas, se trabaja tanto en su conservación y recuperación.

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