[vc_row][vc_column][vc_column_text]La masiva caravana de migrantes centroamericanos se acercan al límite sur de los Estados Unidos y en la ciudad mexicana de Tijuana, pernoctaron en centros de resguardo y carpas. Aumenta la tensión ante la decisión del presidente Trump, de impedir el ingreso de los migrantes.[/vc_column_text][vc_column_text]TIJUANA, MÉXICO. Los primeros integrantes de la caravana de migrantes centroamericanos en llegar al límite sur de Estados Unidos durmieron anoche en centros de acogida y en carpas en la ciudad mexicana Tijuana a la vista de agentes fronterizos estadounidenses, y muchos de ellos esperarán a más migrantes antes de dar el siguiente paso.

Desde hace dos días, cientos de migrantes llegaron en colectivos a Tijuana, donde algunos ocuparon el poco espacio aún disponible en los refugios de la ciudad y otros tuvieron que acomodarse en una plaza frente al Pacífico ubicada entre una vieja plaza de toros y una valla fronteriza coronada de alambres de púas que se adentra en el mar.

Algunos hombres se subieron a la valla para echar una mirada al otro lado, hacia la ciudad estadounidense de San Diego, en el sur de California, e incluso varios de ellos dialogaron con los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, vestidos con ropa militar de camuflaje y armados con fusiles automáticos.

Autoridades mexicanas dijeron que 398 migrantes centroamericanos que viajaban con la caravana llegaron ayer a Tijuana, un día después del arribo de otro grupo similar en cuanto a su número.

Algunos migrantes dijeron que solicitarán asilo en pasos fronterizos estadounidenses, mientras otros contaron que podrían intentar eludir a las autoridades de Estados Unidos cruzando ilegalmente, informó la cadena CNN.

Sin embargo, la mayoría de los consultados afirmó que prefería esperar la llegada de los demás miembros de la caravana y obtener más información antes de ver qué hacen.

Ayer, el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, visitó a soldados apostados en Texas y dijo que el despliegue de tropas en la frontera sur ordenado por el presidente Donald Trump era un buen entrenamiento para una eventual guerra, pese a críticas de que el esfuerzo es un derroche de dinero y una maniobra que busca réditos políticos.

La mayoría de las tropas movilizadas están en Texas, a más de 2.400 kilómetros del lugar adonde están llegando los migrantes de la caravana.

El grueso de los integrantes de la caravana más grande está aún a unos 1.800 kilómetros de la frontera, pero han estado avanzando cientos de kilómetros por día en colectivos o en camiones a los que les hacen dedo.

México les ha ofrecido refugio, asilo y visas de trabajo, y su gobierno dijo esta semana que había expedido 2.697 visas temporarias a familias e individuos para cubrirlos durante los 45 días que dura el proceso para obtener un estatus más permanente.

Unos 533 migrantes pidieron regresar a sus países, dijo el gobierno mexicano.

Ayer, unos 2.000 migrantes llegaron en colectivos y camiones al occidental estado mexicano de Sinaola, sobre el Golfo de California, y algunos siguieron incluso viaje hacia el de Sonora, más al Norte, según autoridades locales.

Otros grupos pequeños se encuentran en las norteñas ciudades de Saltillo y Monterrey, en la región cercana a Texas.

Unos 1.300 integrantes de una segunda gran caravana descansaron anoche en el mismo estado de fútbol de Ciudad de México de donde el primer grupo, el más numeroso, partió hace varios días.

Este miércoles, otros 1.100 migrantes de una tercera y última caravana llegaron al mismo estadio. La primera caravana partió de Honduras el 13 de octubre.

Los migrantes huyen de la pobreza, la violencia de las pandillas y la inestabilidad política en Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]

Télam

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