Se expanden las protestas de los “chalecos amarillos” a Bélgica y Holanda

[vc_row][vc_column][vc_column_text]El mismo día que volvió a estallar el caos en París, la Policía de Bélgica reprimió manifestantes opositores al Gobierno; las protestas se expandieron también a Holanda.[/vc_column_text][vc_media_grid element_width=”6″ grid_id=”vc_gid:1544309885276-a650a4df-1e32-1″ include=”214308,214309″][vc_column_text]Las manifestaciones de los “chalecos amarillos”, que empezó como un movimiento de transportistas en Francia por el aumento de los combustibles, se expandió el sábado a otros países de Europa: las fuerzas de seguridad de Bélgica y Holanda actuaron tras los incidentes y disturbios de facciones, similares registrados en Bruselas, Amsterdam y Rotterdam.

Según reportaron distintas agencias internacionales presentes en el lugar, los manifestantes belgas pidieron la renuncia del primer ministro Charles Michel.

Lanzaron piedras, carteles, fuegos artificiales y otros objetos contra los policías que protegían una zona de la capital donde están ubicadas las oficinas del mandatario y otras dependencias oficiales.

La vocera policial Ilse Van de Keere dijo que alrededor de 400 manifestantes se aglutinaron en el lugar. Casi 100 de ellos fueron detenidos por cargar objetos peligrosos como fuegos artificiales o vestimentas que podrían servir de protección en enfrentamientos con la policía.

No están del todo claras las razones de estas protestas. Bélgica y Holanda no aumentaron los precios de los combustibles, el factor que sí desató disturbios en Francia en las últimas semanas.

En este caso se trata de un movimiento populista opuesto al gobierno en general y enojado por lo que considera una vasta brecha entre los políticos y la gente común.[/vc_column_text][vc_media_grid element_width=”6″ grid_id=”vc_gid:1544309623720-25d1a0c5-742d-4″ include=”214306,214307″][vc_column_text]Respecto de Bélgica, algunos manifestantes parecían estar allí por el solo hecho de tener la oportunidad de enfrentarse a la policía.

Horas antes en Bruselas, la Policía usó gas pimienta para dispersar a un pequeño grupo de alzados que intentaron derribar una barricada que protege la sede del Parlamento Europeo y otras instituciones de la Unión Europea.

Las manifestaciones, que comenzaron en diversas partes de la ciudad y se aglutinaron en la zona donde están los edificios de gobierno, impidieron el tráfico en uno de los días de mayores compras navideñas.

Los descontentos llevaban carteles con frases como “Viene el invierno social” y “¡Renuncia (presidente francés Emmanuel) Macron! ¡Renuncia Michel!”.

Decenas de personas fueron revisadas por oficiales al llegar y la Policía pidió a la ciudadanía mantenerse alejada del lugar. Cientos de agentes fueron movilizados. La semana pasada miembros de los “chalecos amarillos” chocaron con policías y quemaron patrullas en esa misma zona. Más de 70 personas fueron detenidas.

En Rotterdam, en Holanda, cientos de “chalecos amarillos” cruzaron pacíficamente un puente de la ciudad entonando una canción sobre ese país y repartiendo flores entre los hombres de a pie.