“A partir de la próxima
semana daré inicio a una conversación nacional que fortalezca la agenda vigente
de política social; trabajando así, de manera unida, en una visión de mediano y
largo plazo, que nos permita cerrar las brechas sociales”, dijo el jefe de Estado en una alocución
televisada, según cita EFE.
Para esa conversación, precisó, se utilizarán medios
electrónicos y “mecanismos participativos para todos los
colombianos”, y se “buscará tener un cronograma claro para que todos
podamos edificar un camino significativo de reformas”.
Este anuncio es el resultado de una reunión extraordinaria de
ministros convocada por Duque, en la Casa Nariño (sede del gobierno), sobre el
fin de una jornada donde volvieron a reportarse saqueos, cacerolazos, bloqueos
al transporte público y actos de vandalismo en todo Colombia, un día después de
la imponente protesta de ayer contra las políticas del gobierno.
Con un resultado de al menos tres muertos, Colombia se sumó
desde el viernes a la oleada de reacciones populares en la región, después de
los estallidos que en los últimos meses sacudieron a Chile y Ecuador en demanda
de medidas para mejorar la distribución de los ingresos y poner freno a las
propuestas de corte neoliberal.
Tras la huelga y las imponentes demostraciones del jueves en
las principales ciudades de Colombia, consideradas históricas por su magnitud
en la prensa local, en distintos puntos del país se reportaron ataques contra
el sistema público de transporte, algunos saqueos y otros actos de vandalismo
que preocupan a las autoridades.
Y el viernes, en la céntrica Plaza Bolívar de Bogotá, se
desató una batalla campal cuando la policía disparó granadas de gas lacrimógeno
contra manifestantes, muchos de ellos estudiantes, que iniciaban un cacerolazo
de protesta contra el gobierno.
La situación en la capital colombiana llevó al alcalde
Enrique Peñalosa a disponer para esta noche el toque de queda en tres barrios
populosos del sur de la ciudad, donde, dijo, “se han concentrado los actos delincuenciales
en el día de hoy”, lo que incluye saqueo de comercios y daños a 79 autobuses
del servicio público.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, destacó que
las demostraciones de protesta fueron en general pacíficas, aunque se
reportaron actos de violencia que causaron la muerte a tres personas.
Trujillo informó que una de las víctimas falleció en
disturbios en la ciudad de Candelaria y las otras dos personas murieron en
choques con las fuerzas de seguridad en un centro comercial de Buenaventura,
que estaba siendo saqueado por encapuchados.
Según el ministro, se desató “una oleada de ataques en
distintas ciudades de Colombia que afectaron la integridad y la vida de
colombianos, bienes públicos, propiedades privadas, establecimientos
comerciales, sistemas de transporte masivo, estaciones de transporte y otros puntos
centrales”.
A esas marchas siguieron multitudinarios cacerolazos en varias
ciudades del paí.
“Somos un gobierno que escucha y que construye.
Entendemos que la protesta pacífica es legítima en una democracia. Y que a lo
largo de la historia han surgido frustraciones que debemos resolver y que hemos
venido atendiendo”, manifestó Duque después de la primera jornada de
protesta.
Los manifestantes rechazan posibles reformas de
flexibilización laboral y cambios en los sistema de jubilaciones, entre otras
ideas de corte neoliberal que parecen lograr consenso en el gobierno.
En este contexto, los máximos dirigentes de las centrales
sindicales colombianas pidieron una pronta reunión con Duque con la esperanza
de iniciar un diálogo social, a la vez que advirtieron que seguirán apoyando
nuevas manifestaciones ciudadanas.
En Bogotá también se cancelaron las clases en la Universidad
Nacional hasta el lunes.
Colombia: Duque convocó a diálogo tras nueva jornada de protestas y violencia
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