Estados Unidos puso en marcha una estrategia que supone integral para atender las causas de la inmigración desde Centroamérica, con una fuerte suba en los últimos meses. Lo hizo a partir de un plan de cinco ítems, que busca “una migración humana” en base a un trabajo conjunto con los gobiernos de la región y la sociedad civil.
El nuevo plan se lanzó en momentos en que 50.000 inmigrantes ilegales que arribaron a Estados Unidos entre mediados de marzo y mediados de julio fueron liberados sin fecha de audiencia, según datos del Departamento de Seguridad Nacional.
Según la agencia ANSA, apenas el 13% de esos migrantes se habían registrado con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas hasta el lunes, pese a que se les había ordenado hacerlo.
Los cinco puntos del plan
La nueva estrategia se divide en cinco puntos, y el primero de ellos apunta a “abordar la inseguridad económica y la desigualdad” en Centroamérica.
En este aspecto, se tratará de ampliar las oportunidades económicas en Guatemala, Honduras y El Salvador -el llamado Triángulo Norte, principal zona de salida de los migrantes-, instando a empresas del sector privado a invertir ahí, y se pondrán en marcha programas para hacer que la actividad agrícola, columna vertebral de las economías de esos países, no sean tan vulnerables a los desastres naturales.
La segunda parte, señaló el Gobierno en una hoja informativa, es “combatir la corrupción, fortalecer la gobernabilidad democrática y promover el estado de derecho” en esos países, y la tercera se propone “promover el respeto por los derechos humanos, los derechos laborales y la libertad de prensa”.
El cuarto punto busca “combatir y prevenir la violencia, la extorsión y otros delitos perpetrados por bandas criminales, redes de trata y otras organizaciones delictivas organizadas”.
El quinto se abocará a “combatir la violencia sexual, de género y doméstica”.