Varios de estos documentos, sobre todo telegramas diplomáticos y notas confidenciales, formaban parte de un informe demoledor sobre el papel de Francia en Ruanda en esta época, y fue publicado en marzo, por una comisión de historiadores.
El informe “Duclert” trazó un balance sin concesiones de la implicación militar y política de París en el genocidio, que entre abril y julio de 1994 dejó al menos 800.000 muertos, mayoritariamente tutsis, exterminados en circunstancias abominables, según la ONU.
Además, el informe subrayaba sobre todo la responsabilidad de Mitterrand y sus colaboradores más cercanos, que ignoraron las informaciones y advertencias sobre los crímenes masivos que podrían llegar a cometerse.
Aunque las relaciones entre los dos países mejoraron en los últimos años, sobre todo tras la llegada de Emmanuel Macron a la presidencia en 2017, el papel de Francia en este genocidio es un tema que sigue generando encendidas tensiones.