Loujain al-Hathloul, de 31 años, ya lleva más de dos años y medio encerrada en una prisión de máxima seguridad.
Fue detenida en 2018 junto a otras activistas acusadas de tener contactos con organizaciones hostiles a Arabia Saudita y desde entonces numerosas organizaciones en pro de los derechos humanos han pedido su liberación.
Pese a ello, el Tribunal Penal Especializado saudita, creado para juzgar casos de terrorismo, la condenó por dañar la seguridad nacional y favorecer una agenda extranjera.