El ataque más reciente incluyó un bombardeo dirigido a un supuesto centro de operaciones de Hamas en el hospital Shuhada al-Aqsa, lo que ha generado una fuerte controversia sobre la seguridad de las instalaciones civiles. Según informes, al menos 45 palestinos han muerto y otros 256 han resultado heridos como consecuencia de estos bombardeos.
Las alarmas antiaéreas sonaron en Tel Aviv, donde se interceptaron tres de los cuatro proyectiles lanzados desde Gaza, aunque uno de ellos impactó en una zona despoblada, evitando así un posible desastre en áreas pobladas.
Las autoridades israelíes justifican sus acciones como parte de un esfuerzo continuo para proteger a su población de amenazas terroristas, mientras que la comunidad internacional expresa preocupación por el alto número de víctimas civiles y la escalada de la violencia en la región, informó el portal TN.