“La mejor forma de pacificar
en este momento es una reunión en la que esté (el opositor Luis Fernando)
Camacho, (Carlos) Mesa, Evo, los movimientos sociales, el gobierno de facto”,
señaló Morales en entrevista con la cadena CNN en español en la Ciudad de
México, en donde está asilado.
En la entrevista, Morales sostuvo que desde su llegada a
México, el pasado martes, ha planteado esta reunión convencido de que “con
tanta masacre no creo que el pueblo pare”.
Morales aseguró que el movimiento de protesta observado estos
días en su país “es hasta sacar a la dictadura y acabar con el golpe de Estado”.
Confirmó que no tiene problema en que haya o no mediación
internacional porque desde que llegó a México ha hecho el llamado a un diálogo
de alto nivel y “es mejor con mediación, con participación”, informó
la agencia de noticias EFE.
Sobre este tema informó que recibió la visita en Ciudad de
México del ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa,
quien le preguntó de qué manera pueden contribuir a la solución de la crisis en
Bolivia.
El ex mandatario boliviano lamentó las muertes ocurridas
durante las protestas en la zona de Cochabamba, ocho víctimas fatales y más de
100 heridos, al señalar que una de las razones por las cuales dimitió fue para
evitar la violencia y las muertes en Bolivia.
“He cuidado permanentemente que no haya muertos y si
renuncié no es por cobarde. No quería que hubiera esta violencia”,
puntualizó Morales, quien renunció el domingo 10 de noviembre a la Presidencia
de Bolivia.
También lamentó la represión y dijo que autoridades de facto
en el país son responsables. “Es un genocidio. Lamento mucho tantos muertos”,
expresó.
Morales descalificó al opositor Camacho por ser un personaje
con la mentalidad de “no aceptar movimientos sociales” y de utilizar la Biblia
para dañar y herir a la familia. “Hace orar para después odiar”.
Lo señaló como representante de un racismo y falangismo que
actúa “al estilo de Pablo Escobar (el fallecido capo colombiano de las drogas)
de hacer listas (para matar). Es sicariato”, sostuvo Morales.
Rechazó las imputaciones que le ha hecho la presidenta
interina Jeanine Áñez, quien dijo que si Morales regresa a Bolivia deberá
responder a la justicia porque hay un delito electoral y hay muchas acusaciones
de corrupción.
Morales respondió con la pregunta “qué delito electoral
podría cometer yo”, al señalar que él nunca le pidió nada a los autoridades
respectivas sino que solo les decía que hicieran lo que correspondiera por la
ley.
“Jamás cometí delito”, insistió Morales al cuestionar el “por
qué tanto miedo nos tienen”, y sostuvo que estas acusaciones forman parte de
una mentalidad acorde con la tiranía que les caracteriza.
Evo Morales pide negociaciones políticas inclusivas para superar la crisis en Bolivia
cargando anuncio