También las iglesias retomaron las misas. En el Vaticano, la basílica de San Pedro volvió a abrir sus puertas a los turistas. El acceso de los visitantes será limitado para garantizar el distanciamiento social.
En Roma, almacenes, bares y restaurantes fueron retomando de poco a poco la actividad, aunque algunos no quisieron atender al público porque “no les convenía”.
A pesar del entusiasmo, muchos italianos sienten preocupación, porque temen una segunda ola epidémica, debido a que el virus “sigue circulando”.