Un curioso cielo naranja, como si se tratase de un filtro, se puede percibir actualmente en Pekín, una ciudad al norte de China. Las razones de este sorprendente color se deben a la gran tormenta de arena que actualmente afecta la zona.
Está tan intenso el aire, que las autoridades han tenido que pedir que las personas se queden en sus casas para evitar accidentes. De hecho, la situación se ha puesto tan grave que ya hay más de una decena de fallecidos y cientos de desaparecidos.
Por su parte, la Dirección Meteorológica del país oriental anunció detalles sobre este fenómeno:
«En algunos lugares, hay fuertes tormentas de arena con una visibilidad de menos de 500 metros [..] Esta también es la tormenta de arena más fuerte que ha afectado a China en casi 10 años».
Las intensas ráfagas de viento, que van desde los 18 hasta 34 metros por segundo, ha hecho que esta tormenta de arena se consolide como una de las más fuertes de la última década.
En una entrevista con EFE, el director del Instituto de Asuntos Públicos y Medioambientales de China (IPE), Ma Jun, afirmó que ya se habían preparado ante los pronósticos, sin embargo la situación sigue siendo caótica:
“Pekín se encuentra rodeada de zonas secas en las que apenas llueve, como Mongolia Interior, con lo que siempre ha estado expuesta este tipo de tormentas. Es sin duda la peor de los últimos diez años y sorprende por todas esas medidas que se habían tomado”.
Algunas de las medidas que se adoptaron fue la prevención hacia la población y la cancelación de más de 400 vuelos de aviones.
Las razones de esta tormenta de arena
Si bien, las causas de este fenómeno se deben a razones meteorológicas, también el calentamiento global ha causado sus efectos en esto:
“La tormenta de arena de hoy se debe principalmente a factores naturales, pero también muestra que nuestro entorno ecológico aún es muy frágil“, comentó el viceministro del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente, Zhao Yingmin.
No cabe duda que este evento ha causado grandes reacciones a nivel mundial, ya que hace mucho tiempo que no se vivía algo semejante a nivel planetario.
