[vc_row][vc_column][vc_column_text]Un avión un Boeing 737 de la principal aerolínea indonesia de bajo coste cayó al mar de Java poco después de despegar.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”206282″ img_size=”full” alignment=”center” title=”Foto AP.”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Por Christoph Sator (DPA)

El vuelo con la principal aerolínea indonesia de bajo coste, Lion Air, entre la capital Yakarta y Pangkal Pinang, la principal ciudad en la vecina isla de Bangka, no cuesta mucho. El más económico es el primer vuelo a las 06:20 de la mañana. El mejor precio que se puede encontrar es de 393.400 rupias indonesias. Igual puede sonar a mucho, pero no llega a los 23 euros, unos 26 dólares.

Y eso por una trayecto de una hora y diez minutos sobre el mar de Java. Y probablemente es ahí donde murieron las 188 personas que, según las autoridades, viajaban a bordo del vuelo JT-610: 181 pasajeros y siete miembros de la tripulación.

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El aparato, un Boeing 737, cayó al mar poco después de despegar. Al parecer, el accidente se debió a un problema técnico. El piloto indio, que a pesar de sus 31 años tenía más de 6.000 horas de vuelo, pidió permiso para regresar pero al parecer ya era demasiado tarde cuando quiso hacer la maniobra.

En el lugar del siniestro había horas después una gran mancha de combustible en la que flotaban grandes restos del fuselaje, así como chalecos salvavidas, documentos de identidad, fundas de móvil, licencias de conducir y otros documentos varios. Entre las víctimas mortales figuran también varios funcionarios del Ministerio de Finanzas, que durante el fin de semana estuvieron en la capital.

El resto del avión de Lion Air se encuentra a 35 metros de profundidad, en el mar, ya que esa zona no es especialmente profunda. En la tarde de hoy (local) los buzos consiguieron recuperar los primeros cuerpos.

Sin vida a la vista

Según el equipo de rescate, no hay indicios de supervivientes. La experiencia señala que tras las horas transcurridas en el mar, la esperanza es prácticamente nula.

Este accidente coloca en los titulares a la compañía lowcost. En este rincón del planeta hay muchas más de estas compañías que en otros países. En Indonesia, una nación integrada por numerosas islas y de más de 250 millones de residentes, la compañía Lion Air, fundada en 1999, es la mayor de todas, pero la competencia viene de otros países como Air Asia o Scoot. En Asia es el lugar del mundo donde más económico resulta volar.

La siempre creciente población, un bienestar que llega cada vez a más personas y los modelos de aviones que ahorran combustible contribuyen a que las perspectivas de negocio de las empresas de vuelos de bajo coste sean prometedoras.

En Indonesia, con más de 17.000 islas, un vuelo puede ahorrar muchísimo tiempo. La necesidad de pilotos y nuevos aparatos es enorme. Todas las compañías aéreas aseguran que de ninguna manera se ahorra en seguridad.

Avión nuevo

El aparato siniestrado apenas tenía dos meses. El año de construcción es 2018 y comenzó a operar el 15 de agosto. Tiene tan sólo 800 horas de vuelo. El Boeing 737 MAX 8 es una nueva versión del clásico de los recorridos de media distancia que la empresa estadounidense Airbus construye desde los años 60.

Necesita mucho menos combustible. Los primeros ejemplares fueron suministrados precisamente a Lion Air hace dos años. El aparato aterrizó en el mar y se rompió. Por suerte ninguno de los 100 pasajeros murió.

Lo que ahora hace sospechar es que el aparato siniestrado ya registró un problema técnico el domingo, en el vuelo de Bali a Yakarta. El presidente de Lion Air, Edward Sirait, así lo confirmó este lunes y aseguró asimismo que los técnicos revisaron a conciencia el avión, que recibió permiso para despegar. “Todo según las normas”, añadió.

Y poco después de despegar el lunes a las 06:20 de nuevo se registró un problema. El piloto pidió a los controladores poder regresar, pero por ahora ni la compañía ni las autoridades dicen por qué razón lo quería hacer. “Nuestro piloto ha seguido la normativa”, destacó Sirait. “Cuando vio que había un problema pidió permiso para regresar a la base. Luego, ya sabemos el final”, añadió.

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