Raúl Sidders, el sacerdote que recibió respaldo del Obispado de Puerto Iguazú se entregó ante la justicia el pasado martes 1 de diciembre. El religioso acarrea varias acusaciones que datan desde el 2004.
Según fuentes del caso, en su declaración “Sidders amagó llorar varias veces, pero afirmó que no recordaba a la joven que lo denunció por presuntamente haber abusado de ella cuando tenía entre 11 y 14 años”.
Recientemente, el fiscal penal Álvaro Garganta, titular de la UFI 11 de La Plata, Buenos Aires, pidió al juez de Garantías Agustín Crispo que le dicte la prisión preventiva a Sidders por el delito de “abuso sexual agravado”.
Según el fiscal, el cura cometió el delito de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración en el tiempo y circunstancias de realización, doblemente agravado, contra una mujer que denunció haber sido abusada por el sacerdote entre el 2004 y el 2008, cuando tenía entre 11 y 14 años y asistía a un colegio privado de la ciudad de La Plata.
Cabe recordar que sobre Sidders pesan otras acusaciones: varios alumnos del Colegio San Vicente de Paúl aseguraron que los obligaba a masturbarse.