SAN VICENTE. La causa, que investiga el crimen del peón rural Marcelo Antúnez Sequeira (33), comenzó desde el mismo día en que la víctima desapareció, el lunes 4 de enero. El cuerpo fue hallado 40 días en un pozo, con signos de haber sido asesinado a golpes.
Por el hecho, fue detenido un hombre que era su empleador y dueño de la propiedad donde fue encontrado el cadáver.
Debido a que el hombre es de edad avanzada (72 años) la defensa solicitó que le fuera concedido el beneficio de la prisión domiciliaria, que fue rechazada por el juez de Instrucción 3 de San Vicente, Gerardo Casco.
En su momento, el acusado fue citado a declarar ante el mismo magistrado, pero se abstuvo. Seguidamente fue imputado por “homicidio simple” y se ordenó que permaneciera detenido.
En la misma audiencia, su defensa argumentó que además de su edad, el hombre padecía problemas coronarios y que figura dentro del denominado grupo de riesgo en el marco de la pandemia por COVID-19, por lo cual, solicitó que no tuviera que volver a la prisión.
Según trascendió, tras conocerse los estudios médicos, el martes finalmente el pedido fue denegado.
Desaparición y muerte
Marcelo Antúnez Sequeira trabajó al menos durante cinco años para quien ahora es el principal sospechoso. La relación comenzó a ponerse tensa cuando el patrón comenzó a acusarlo, porque se le habían desaparecido garrafas y una cortadora de pasto.
Pero cuando una supuesta demanda laboral de parte del peón rural llegó a manos de su empleador y la situación pasó a mayores.
Tras la denuncia por su desaparición, la policía realizó rastrillajes, que dieron resultado el sábado 13 de febrero pasado. Ese día los efectivos se dirigieron a una chacra de picada El Progreso, a 30 kilómetros de San Vicente. En el lugar en el que habían citado a Antúnez Sequeira para que trabaje.
Los investigadores sintieron un penetrante olor que se extendía en un radio de 100 metros, entre plantaciones de pino, maíz y eucaliptos. Provenía de un pozo de agua que había en esa chacra.
Debajo de ramas y piedras encontraron el cuerpo. Si bien estaba en avanzado estado de descomposición, la familia lo reconoció por características particulares.
La autopsia determinó que a Antúnez lo mataron a golpes porque presentaba “traumatismo severo de cráneo y de tórax” y que luego lo arrojaron a la citada excavación.