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A una semana de la crisis en el Gobierno, la Iglesia cuestionó “el sectarismo” de la dirigencia política

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El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Ojea, hizo alusión directa a la campaña electoral en curso y le pidió a los candidatos “no echar vinagre sobre la herida de la sociedad”.

A una semana de la crisis en el Gobierno, la Iglesia cuestionó “el sectarismo” de la dirigencia política

Oscar Ojea, advirtió sobre el clima de tensión y “fuerte intolerencia” en el país por la campaña por las elecciones legislativas de noviembre. En un videomensaje, lamentó el “pensamiento sectario” de muchos ciudadanos y políticos e instó a “encontrar virtudes en aquellos que piensan y sienten distinto”.

“Vamos a comenzar de nuevo la campaña electoral, o de alguna manera ya estamos en ella, y hemos oído tantas descalificaciones, tantos insultos a un cuerpo social irritado, después de todo lo que ha pasado, luego de la pandemia”, afirmó monseñor Ojea en su “reflexión para le vigésimo sexto domingo del año”.

Continuó con una definición de la intolerancia como “la falta de respeto a aquel que piensa y siente de un modo diferente, aquel que es de otro grupo que el mío, que tiene otra cultura, otra posición social, otra educación, aquel que no es de los míos y con quien no me siento tan cómodo”.

“Cómo nos cuesta encontrar virtudes en aquellos que sienten distinto y piensan distinto. Pensamos que tienen todos los males, que están contaminados. A veces ni siquiera podemos creer cómo pueden pensar y sentir distinto”, aseveró sobre el escenario político y social.

También dijo percibir en la sociedad “un cansancio enorme de aquello que se repite continuamente”. “Esto se cura con creatividad, se cura con propuestas, se cura con respeto, se cura con paciencia”, declaró el prelado.

En este sentido, llamó a “poder ver virtudes en aquellos que no piensan como nosotros, a poder rescatar cosas buenas allí” y advirtió de que si no “nos vamos a dividir en sectas”.

Al hablar del riesgo de caer en un “pensamiento sectario”, consideró que “nos sentimos bien repitiendo las mismas cosas que pensamos, los mismos discursos” . “Si abrimos un canal, vamos a escuchar lo que queremos escuchar y no nos movemos de ese lugar. Cómo nos cuesta aceptar un pensamiento y un sentimiento diferente. Yo entiendo, da seguridad, nos sentimos protegidos repitiendo continuamente lo que pensamos y no concibiendo cómo otros pueden pensar distinto, casi indignándonos frente a esto”, graficó.

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