[vc_row][vc_column][vc_column_text]El navío desapareció el miércoles 15 de noviembre de 2017 y desde entonces no hay hipótesis firmes sobre su paradero. Con el paso del tiempo crecieron los chispazos entre el Gobierno y los familiares de los tripulantes.[/vc_column_text][vc_single_image image=”157033″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]El miércoles 15 de noviembre de 2017 el submarino ARA San Juan desapareció de los radares en las inmediaciones de Puerto Madryn, Chubut, con 44 marinos abordo.
A un año exacto del hecho, las incógnitas se multiplican y las certezas brillan por su ausencia en una investigación que en varios de sus tramos generó choques entre las autoridades y los familiares de los tripulantes.
Junto a los ARA Santa Cruz y ARA Salta, el ARA San Juan era uno de los tres submarinos de la Armada Argentina. Al momento de su desaparición regresaba de la base naval de Ushuaia con destino a Mar del Plata. Apenas dos días después de perder contacto con el navío, comenzó el proceso de “búsqueda y rescate” por parte de las autoridades argentinas.
Para el viernes 17 de noviembre, el Reino Unido, Chile y los EEUU, entre otros países, comenzaron a brindar apoyo logístico y operacional con el objetivo de hallar a la embarcación. El sábado, el Ministerio de Defensa detectó siete llamadas satelitales que no llegaron a enlazar con la base y que pertenecerían a la embarcación.[/vc_column_text][vc_single_image image=”150913″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Tres días después, el presidente Mauricio Macri mantuvo una reunión en el Edificio Libertad con autoridades de las FFAA y con el ministro de Defensa, Oscar Aguad, en la que ordenó “utilizar todos los medios posibles” para dar con el submarino. Esa misma jornada, Enrique Balbi, vocero de la Armada, admitía que “comenzaban horas críticas” para la tripulación.
En las fechas posteriores, el presidente de EEUU, Donald Trump, puso a disposición su solidaridad con el país a través de un tuit, mientras que el mandatario ruso, Vladimir Putin, llamó por teléfono a Macri para coordinar el operativo de búsqueda y rescate. Un avión militar británico con material logístico aterrizó en Argentina por primera vez desde la Guerra de Malvinas.
“¿Y si el submarino está más abajo de lo que dicen y ellos suponen que tiene que estar arriba? Acá no hay medios para buscarlo abajo”, dijo por entonces el familiar de uno de los tripulantes, comenzando los primeros chispazos con el Gobierno, que ya contaba con cerca de 4.000 hombres trabajando para dar con el submarino. Una semana después de perdido el contacto, un “súper avión” ruso arribó a Comodoro Rivadavia para sumar material a la búsqueda. La Armada reveló que en el último llamado se hablaba de un “principio de incendio”.[/vc_column_text][vc_column_text]El 30 de noviembre, 15 días después de la desaparición, la Armada confirmó que ya no “buscaban con vida” a la tripulación de la nave, hecho que generó la ira de los familiares quienes cuestionaron al por entonces jefe de la Armada Marcelo Srur, que fue desplazado de su puesto por el ministro Aguad, jaqueado por las críticas desde diversos frentes. Esa navidad, los familiares de los tripulantes se congregaron en la Base Naval de Mar del Plata exigiendo la aparición del submarino.
Comenzado el 2018 y tras varias reuniones de los afectados con legisladores, se creó en el Congreso una Comisión Investigadora que, además de las investigaciones judiciales y militares, busca las causas de la desaparición del sumergible. Casi un mes después y ante distintos rumores, la Armada negó que el submarino haya navegado en cercanía de las Malvinas y que su suerte se deba a un ataque extranjero. El Gobierno lanzó una recompensa de u$s 4,8 millones para quien pueda aportar información sobre el caso.
Durante junio, con la relación entre el Estado y los familiares de los marinos totalmente tensada, varios de ellos decidieron encadenarse a la Casa Rosada a modo de protesta por la suspensión del operativo de búsqueda de la nave, y exigiendo la contratación de una empresa privada que continúe con el procedimiento. El 11 de julio el Gobierno revocó la recompensa ofrecida.
Finalmente, el viernes 17 de agosto se anunció la contratación de la empresa estadounidense Ocean Infinity para proseguir con el operativo dentro de un plazo de 120 días y con la adjudicación de un pago de u$s 7,5 millones en caso de hallar al submarino. La nueva campaña empezó el 10 de septiembre y se extenderá hasta el este 16 de noviembre, fecha en la que la nave insignia de la misión vuelva a puerto para ser reparada y puesta a punto.[/vc_column_text][vc_single_image image=”196931″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]
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