La llegada de Ander Herrera a Boca ya es un hecho. Athletic Club de Bilbao aceptó el ofrecimiento económico del Xeneize para rescindir prematuramente su contrato y en los próximos días viajará a la Argentina para hacerse la revisión médica y estampar su firma por dos años.
Desde la institución vasca esbozaban que había una “buena voluntad” para aceptar la oferta y permitirle al ex-Manchester United y PSG cumplir su sueño de jugar en La Bombonera con el manto azul y oro, el cual expuso en una reunión con la dirigencia del equipo luego de perder en las semifinales de la Supercopa de España a manos de Barcelona en Arabia Saudita.
Sin embargo, en un momento parecía que la operación se desvanecía luego de las declaraciones del director deportivo, Mikel González: “Ander es un grandísimo jugador, que encima está contando. Para nosotros es muy importante tanto en el campo como en el vestuario. Su veteranía y su experiencia son fundamentales”.
Sin embargo, el volante se plantó en su deseo de hincha. El corazón le ganó a la razón y el cuadro del País Vasco le abrió la puerta de salida. ¿Por qué quiere jugar en Boca? Por el fanatismo que cultivó en aquellos viajes que su padre hacía a Sudamérica. El recuerdo de los llamados a altas horas de la madrugada solamente para escuchar los latidos del estadio Alberto J. Armando lo llevaron a anhelar el sentir de ese sonido, en sus últimos años de carrera, desde el campo de juego.