Fabián Améndola, uno de los abogados de la familia de la víctima, lo denominó como “sospechoso 11”, al revelar que para ellos podría haber participado del crimen de Fernando.
Salvador se presentó en la sede judicial, pero la fiscal Verónica Zamboni le dijo que nunca fue imputado por ella en el expediente.
Los investigadores analizaron los mensajes de WhatsApp de los diez rugbiers, identificaron a Salvador, pero no hallaron elementos para sospechar de él.