La delegación, que esta
tarde participará en Olivos de un acto de conmemoración de aquella visita junto
al presidente Mauricio Macri, está compuesta por la actual presidenta de la
CIDH, Esmeralda Arosemena; el vicepresidente primero, Joel Hernández; la
comisionada Antonia Urrejola; el secretario ejecutivo Paulo Abrão; la
coordinadora de promoción, Constanza Argentieri, y el especialista de la
secretaría ejecutiva, Erick Mendoca.
En plena dictadura, la delegación de la CIDH llegó a
Argentina el 6 de septiembre de 1979 y permaneció en el país hasta el 20 de ese
mes. Durante esos días recibieron 5.580 denuncias por parte de las víctimas,
mientras que los organismos de derechos humanos aportaron otras 3.000, en las
oficinas de la OEA, ubicadas en Avenida de Mayo al 700.
Esta mañana, la comitiva de la CIDH participó de la muestra
“El ocultamiento de la ESMA: la verdad se hace pública”, organizada por Memoria
Abierta, el Centro de Estudios Legales y Sociales, las Abuelas de Plaza de
Mayo, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y el Ente
público Espacio Memoria y Derechos Humanos Museo Sitio de Memoria.
“A partir de testimonios inéditos, la exhibición de objetos y
la presentación de documentos, se podrá conocer en detalle el período en el que
Grupo de tareas de la ESMA realizó todo tipo de estrategias para ocultar, ante
la inminente llegada de la CIDH, cualquier indicio de actividad represiva
dentro del lugar”, informaron los organizadores.
En la muestra, que estará en exhibición hasta el 10 de
diciembre y podrá visitarse de martes a domingo de 10 a 17, se puede
“conocer cuáles fueron las vías utilizadas por familiares de
detenidos-desaparecidos en la búsqueda de sus seres queridos: el rol de los
organismos de derechos humanos, el pasaje de los reclamos individuales a los
colectivos, y las denuncias realizadas ante la Comisión”.
Es que ante la inminente llegada de la CIDH en 1979, la
dictadura trasladó a los prisioneros que estaban en el entonces Casino de
Oficiales de la Escuela de Mecánica a la Quinta El Silencio, en una isla del
Delta para ocultar lo que ocurría en el edificio ubicado en el barrio de Nuñez.
Para ello, los dictadores hicieron reformas en el centro
clandestino para desmentir las denuncias que desde hacía tiempo venían haciendo
organismos de derechos humanos, sobrevivientes y familiares de desaparecidos.
Tras la inauguración se realizó un panel con organizaciones
de la sociedad civil sobre “Los impactos históricos del trabajo de la CIDH y
los nuevos desafíos frente al contexto regional actual”, del que participaron
la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto; el ex vicepresidente de la CIDH,
Víctor Abramovich y Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
La visita de la CIDH al país, en este caso, es protocolar y
tiene como motivo central la conmemoración de los 60 años de la comisión y los
40 años de la visita al país durante la dictadura; es decir que no habrá
monitoreo de la situación de los derechos humanos.
Después de 40 años, la CIDH volvió al país y se reunió con organismos de DDHH
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