La respuesta a esta caída es una sola: los precios no dejan de subir, porque en marzo pasado, este producto clave en la mesa de los argentinos mostró alzas en promedio del 8%, es decir bastante por arriba de la inflación general que de por si ya fue elevada.

Los datos se desprenden del relevamiento hecho por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), quienes señalaron que los precios tuvieron alzas significativas, del (+8,2%), en marzo de 2022, con respecto a febrero, en los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto.

En los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio, los precios de la carne vacuna mostraron subas algo más acotadas, que resultaron del (+7,8%); mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios se incrementaron de forma también significativa, (+9,7%).

El último pico de consumo de carne vacuna se registró en 2009:  los argentinos comían alrededor de 70,3 por habitante por año y, 13 años después, el consumo bajó nada menos que 22,6 kilos por habitante por año.