Economía

Las ventas cayeron 0,1% en marzo y acumulan una baja del 0,4% en el primer trimestre 

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El dato surge del Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), elaborado en base a su relevamiento mensual entre 1.184 comercios minoristas de todo el país, realizado entre el 3 y 5 de abril.

Las ventas cayeron 0,1% en marzo y acumulan una baja del 0,4% en el primer trimestre 

Las ventas minoristas pymes bajaron 0,1% anual en marzo, medidas a precios constantes y suman así un declive del 0,4% en el primer trimestre del año, frente al mismo periodo de 2022.

Así surge del Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), elaborado en base a su relevamiento mensual entre 1.184 comercios minoristas de todo el país, realizado entre el 3 y 5 de abril.

Cuatro de los siete rubros relevados vieron reducir sus ventas en el contraste interanual, registrándose el mayor retroceso en Indumentaria (-10,1%), mientras tres rubros finalizaron en alza, con la mayor suba en Farmacias (+8,2%).


En la suma del primer trimestre, comparado con el mismo periodo de 2022, prevalecieron los aumentos, con cuatro rubros en alza y tres en baja. Los rubros que más crecieron y cayeron fueron los mismos que para este último mes, Farmacias (+8,9%) e Indumentaria (-11,8%), respectivamente.

Las ventas en marzo crecieron 1,5% anual, pero bajaron 1,1% mensual, a precios constantes. Para el primer trimestre del año acumulan un aumento de 2,6% frente al mismo periodo del año pasado. Si bien el mes fue mejor que en 2022, los comerciantes manifestaron mucha preocupación por los precios, especialmente por carnes que subieron fuerte en febrero y marzo, y no están pudiendo trasladar a los importes la totalidad de los aumentos. Hubo más consumo en grandes comercios donde la gente aprovechó las ofertas y promociones agresivas, y eso también les restó ventas a los almacenes de barrio. Igual, el mes dejó un balance positivo.

En estos primeros meses del año, los hogares mantuvieron sus niveles de consumo en alimentos y bebidas, concretaron compras en bienes durables que tenían planificadas, especialmente electrónicos, y evitaron productos menos urgentes como indumentaria, calzados, decoración y textiles del hogar.

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