POSADAS. Los incendios forestales que arrasaron con miles de hectáreas en provincias del centro y norte del país fueron iniciados en su mayoría por la acción humana, ya sea de modo intencional o por negligencia, y se vieron favorecidos por la sequía lo que generó daños ambientales severos e importantes pérdidas.

En diálogo con Misiones Cuatro, el director general de Fundación Vida Silvestre Argentina, Manuel Jaramillo, habló sobre la responsabilidad del hombre y el cambio climático alterando los ciclos naturales.

“Estamos ante incendios que toman magnitudes mucho más grandes que las que conocíamos. Afectan simultáneamente muchas más localidades y provincias que las que eran normal y en un contexto de pandemia dificultan las respuestas rápidas de los combatientes que arriesgan sus vidas para frenarlos”, remarcó.

Sobre la importancia de la prevención, Jaramillo sostuvo que, “es mucho más importante invertir en prevención de incendios forestales que, en intentar sofocarlos”.

Grandes consecuencias

A la hora de hablar sobre el saldo que dejarán estos incendios, Jaramillo dijo que, en primer lugar, lo más grave es la pérdida de vida animal y vegetal. “Perecen directamente por el fuego”, sostuvo.

“La pérdida del hábitat, porque se pierde la posibilidad de que se recuperen. Dependiendo de las características del incendio, la restauración puede ser compleja”, destacó.

Obviamente, hay consecuencias en los humanos y en el plano económico, como pérdida de bienes e infraestructura. “Afectan fuertemente a la posibilidad de desarrollo”, indicó.

Por último, las igniciones aumentan las emisiones de dióxido de carbono que a su vez aumentan los efectos del calentamiento climático y profundizan los riesgos de incendios de grandes superficies. “Esto es un combo letal”, advirtió.