En medio del crecimiento exponencial del ciberdelito, especialmente, a partir del crecimiento del crecimiento de la digitalización de la población en medio de la pandemia de coronavirus, el Banco Central de la República Argentina reforzó las medidas de seguridad que deberán tomar las entidades financieras al momento de otorgar préstamos preacordados a través de canales electrónicos, una de las principales vías donde los delincuentes ven la oportunidad de practicar estafas bancarias.
Como segunda barrera de control, una vez que se verifique la identidad del cliente, la entidad deberá comunicarle –a través de todos los puntos de contacto disponibles– que su crédito se encuentra aprobado y que, de no mediar objeciones, el monto será acreditado en su cuenta recién a partir de las 48 horas hábiles siguientes. No obstante, el plazo de acreditación del préstamo podrá ser reducido en el caso de recibirse la conformidad del usuario de servicios financieros de manera fehaciente.
De esta manera, a partir de ahora, los bancos tendrán que corroborar -ya sea a través de llamado telefónico, reconocimiento facial o cualquier otra técnica de identificación positiva- que efectivamente es el cliente quien está solicitando el préstamo que la entidad le tiene asignado de acuerdo a su categoría crediticia.
“El control deberá ser sobre todas las operaciones de créditos preaprobados realizadas a través de todos los canales electrónicos disponibles: ATMs, TAS, banca de internet (BI) y banca móvil (BM)”, informó el BCRA a través de un comunicado.
Además, los bancos deberán hacer un monitoreo y control de, como mínimo, los puntos de contacto indicados por el usuario y comprobar que no hayan sido modificados recientemente, de modo de detectar posibles engaños o robos de claves.
Delito en ascenso
Durante el 2020, la ciberdelincuencia aumentó 3.000% según un informe de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci). El estudio explicó que los delincuentes atraen la atención de usuarios de dinero digital para hacerse de datos personales y robarles, hacer consumos con sus tarjetas o pedir préstamos de rápido otorgamiento.
El fraude y estafa en cuentas bancarias, como el robo de claves de acceso a homebanking o de datos de tarjetas de crédito, fueron algunos de los delitos que más subieron el año pasado al pasar de 22 casos denunciados en 2019 a 641 en el último año. Cabe recordar que, en 2020, 6 de cada 10 de los nuevos clientes se orientaron directamente a los canales digitales como el homebanking, según un informe elaborado por Red Link en base a datos de 31 millones de usuarios.
Las estafas pueden tener llegar a tener formas más o menos elaboradas, pero, en todos los casos, son estrategias que usan los delincuentes atraen la atención de usuarios de dinero digital para hacerse de datos personales y, entonces, robarles dinero, hacer consumos con sus tarjetas o pedir préstamos de rápido otorgamiento.