Opinión

10 de diciembre: Pequeñas anécdotas de la política cotidiana

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Nota de opinión de Eduardo Pérez para MisionesCuatro.com

10 de diciembre: Pequeñas anécdotas de la política cotidiana

Pasó otro histórico 10 de diciembre y más allá de las preferencias políticas, afortunadamente fue una fiesta de la Democracia.

Todo estuvo de maravilla. Hasta música hubo. Pero también hubo algo de acople. Pequeños ruidos que se podían haber evitado para que la orquesta sea aplaudida de pié. Las malas noticias de ayer, digamos.

SUÉLTAME PASADO

Poco se puede agregar sobre las elocuentes imágenes que retratan el rencor de la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Es más de lo mismo. De hecho, esa es la nota que desentonó.

Tener a flor de piel y mostrar en cada oportunidad posible el rencor, ya debería ser cosa del pasado. “Pasemos a otro tema, no quiero hablar de eso”, diría Calamaro.

Gestos zonzos que atrasan décadas. Alberto hasta abrazó a Mauricio, pero la señora dio la nota. Todo eso es un asunto que no tiene mucha importancia, pero que provoca que la discusión política en Argentina, también caiga a esos niveles casi de drama adolescente.

ACUERDO PRESIDENCIAL

Otra desafinada fue la elección de presidente en el HCD de Posadas. El joven Facundo López Sartori se quedó con la presidencia del cuerpo. Paso rápido la factura.

Está claro que la nueva política requiere de diálogo y de nuevas formas de lograr consensos y especialmente soluciones para la gente.

Se puede pensar que es hora de salir de la discusión sectorial de medir a un dirigente de acuerdo a cómo o a quién vota para presidente de la Legislatura o del HCD, sin dudas, eso también atrasa.

Estos tiempos requieren de diálogo y consensos, pero para obtener resultados para el conjunto de la sociedad, no para uno mismo

Hoy vemos que existen opositores más dialoguistas y también un gobierno más abierto. Es por esto mismo que quedó bastante fuera de contexto lo que ocurrió en el HCD de Posadas.

La presidencia quedo en manos del joven dirigente, que lamentablemente parece haber revivido la figura de Borocotó. Hasta el momento de su candidatura y demás, podría haberse entendido como parte del diálogo político, pero al parecer, a la luz de los hechos, no fue así.

Solo su propia gestión podrá demostrar lo contrario, pero hasta el momento todo indica que se hizo renovador, no para aportar, sino para manejar una caja.

“¿La mierda de la política como negocio o la política del corazón?”

CATARATA DE VERGÜENZA

Por último, no podemos dejar pasar el papelón de los concejales de Iguazú. En todo el país hubo recambio democrático, menos en la ciudad de las Cataratas.

Allí ocurrió una batalla campal; allí no se respetó la voluntad popular. Es que ahí manda un capanga. En esa ciudad gobierna Claudio Filippa y un selecto grupo de amigos del poder local.

Muy a contramano del resto de la provincia y del país.

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